¡Tú tienes el Poder!: ¿Qué podemos hacer para reforzar nuestro sistema inmunológico de forma ‘natural’?

13 Abr, 2021 | Reflexiones, Salud, Sociedad | 0 Comentarios

El mensaje de que sólo las vacunas son el único medio para enfrentarnos al daño que está causando la Covid-19 en la población es una visión incompleta cuando no falsa de las posibilidades existentes. Tal es el caso de la capacidad innata que cada persona tiene para reforzar de forma ‘natural’ su sistema inmunológico en pocos días si nos referimos a la población más pequeña o en algunas semanas si nos referimos a la adulta, un asunto sobre el que no nos informan ni nos han explicado durante todo este tiempo, pero que si conociéramos lo podríamos poner en práctica para combatir de otra manera los posibles efectos de la Covid-19 al tiempo que contribuiríamos a aliviar el enorme trabajo que en este sentido está teniendo el sector sanitario.

¿Por qué no se han desarrollado propuestas que mediante plataformas y profesionales de la salud (nutricionistas, naturópatas, fitoterapeutas, etc.) informen de las diversas modalidades de prevención contra el coronavirus, l@s cuales podrían llevar a cabo un formidable trabajo de información y prevención?

¿Por qué, por ejemplo, no decirle claro a la gente que…:

Deje de comer ‘basura’ como alimentos industriales, trabajados y refinados, porque ésta es una de las principales causas de destrucción de nuestras defensas?

…La eficacia de nuestro sistema inmunológico depende estrechamente de la calidad de nuestra flora intestinal y, por lo tanto, de la ‘calidad’ de lo que comemos, de manera que consumiendo frutas y verduras crudas, locales y de temporada es la mejor manera de acumular rápidamente nuestras reservas minerales necesarias para la inmunidad?

…Un ‘ayuno intermitente controlado’ puede fortalecer el sistema inmunológico en muy poco tiempo?

…Una correcta respiración tiene la capacidad de reducir niveles altos en producción de cortisol, que es una hormona reguladora de nuestro nivel de estrés?

…Entre los beneficios de una ducha fría o un baño en el mar se encuentra que en pocos días aumenta el nivel de algunos linfocitos T cuyas funciones son parte importante del ‘sistema inmunitario adaptativo’?

…Determinadas plantas como la equinacea, el astrágalo, el saúco, la rosa canina, la artemisa, en sus formas concentradas y correctamente administradas dan como resultado que nuestras defensas inmunes aumenten en pocas semanas?

…Se ha demostrado la eficacia de los aceites esenciales antivirales, además de la vitamina C a dosis altas, así como la importancia de la vitamina D y minerales como el zinc, el selenio o el magnesio, y que todo ello es además fácil y barato de obtener e, incluso, gratuito como en el caso de la luz solar?

…Una sana actividad deportiva activa las hormonas de la alegría y el bienestar?

…La calidad de nuestros pensamientos y de la conexión entre la mente y el cuerpo tiene una gran importancia?

La fortaleza que nos genera el amor y la compañía cura mucho más que el aislamiento y la desconfianza?

…El caminar o estar en contacto con la naturaleza provoca un bienestar inmediato?

…El MIEDO es ‘inmunosupresor’ y generador de enfermedad, debilidad, ansiedad y sufrimiento?

¿POR QUÉ NO se comienza a informar también de todo ello de verdad y no solamente limitarse a cómo usar el gel hidroalcohólico, a ponernos la mascarilla, a estar encerrados, a animar a vacunarnos y a tener miedo?

Diferentes especialistas en ‘inmunología’ afirman:

La mejor vacuna ya la tenemos desde que nacimos. Se llama ‘Sistema Inmune’, pero tiene un sólo enemigo y no es el Covid-19, eres TÚ: Tú estás atacándote con tu propio miedo. Seamos precavid@s, pero no temeros@s. El miedo deprime nuestro sistema inmunológico. Alimentémonos bien. Ejercitémonos. Mantengámos una actitud positiva. Limitemos las noticias que vemos y oímos. Apoyemos a quien siempre nos ha vacunado naturalmente: nuestro leal ‘Sistema Inmunológico’”.

Alimentos de consumo diario que parecen inofensivos sin embargo provocan que se escapen nutrientes valiosos para nuestro sistema inmunológico, que es el mejor aliado contra enfermedades como el coronavirus. Un sistema inmune fuerte ha demostrado ser una de las mejores medidas de protección frente a la Covid-19”.

Ante la aparición de nuevas variantes del coronavirus, lo más recomendable es ‘fortalecer el sistema inmunológico de forma natural e integral’. Para ello, se debe evitar los alimentos que debilitan no sólo el estado físico, sino el emocional y mental”.

De cada 10 personas que se han enfermado de coronavirus, 8 han salido airosas por su sistema inmunológico y 2 han terminado en el hospital. Entonces, bajemos y controlemos nuestro peso, comamos sano. Las gaseosas, los embutidos y la comida chatarra no potencian nuestro sistema inmunológico. Lo que sí lo potencia son las proteínas, huevos, leche, frutas y verduras”.

El consumo de pan blanco, harina refinada y arroz blanco produce la pérdida de nutrientes como el zinc y la vitamina B1, y daña el estado del intestino, con lo que se dificulta la absorción de los alimentos. El consumo de azúcar en exceso afecta la absorción de minerales como el magnesio y agota las reservas de vitamina B1 o tiamina. El consumo del café y el té tiene el mismo efecto sobre la tiamina, inhibiendo la absorción de hierro, desequilibrando los niveles de sodio y potasio, debido a su efecto diurético, y desmineralizando los tejidos.

Es deseable una ‘nutrición holística’; es decir, aquella que no dispone un nutriente en particular para un determinado problema, sino que dirige su atención al funcionamiento integral del cuerpo, desde lo emocional, mental y físico”.

Es importante evitar el ‘estrés’, el cual produce desde diabetes hasta preinfartos. Además, debilita el sistema inmune y, como consecuencia, expone al organismo a cuadros críticos de Covid-19”.

En los estados de ‘ansiedad’ se multiplican por cinco las necesidades de calcio; el ‘estrés’ agota las glándulas adrenales y ocasiona pérdida de nutrientes. Durante la respuesta al estrés se agotan las reservas de magnesio y potasio, los aminoácidos carnitina y glutamina, vitamina C, zinc y coenzima Q10”.

Una alimentación balanceada, una buena hidratación y una rutina diaria de actividad física ayudarán a fortalecer nuestro sistema inmunológico, sobre todo ahora ante las nuevas variantes del coronavirus”.

«A grandes rasgos, podemos decir que el beneficio concreto del ejercicio en nuestro organismo es que incrementa la calidad de vida en todos los sentidos. Una mejora de la fuerza se relaciona con un menor riesgo de mortalidad y de sufrir enfermedades cardiovasculares. Además de esto, existe una gran variedad de cambios en los biomarcadores relacionados con la salud como pueden ser el mantenimiento de los niveles de colesterol y triglicéridos en rango normal o disminuir la glucosa en sangre».

En este escenario marcado por la Covid-19, se puede afirmar que el ejercicio nos ayuda a prevenir infecciones, enfermedades o virus, pero ¡ojo!, no vale todo tipo de ejercicios, dependiendo principalmente de la intensidad y la constancia. El practicar ejercicio de forma repetida y a una intensidad moderada mejora la respuesta de la función inmunológica, refuerza la capacidad antioxidante, reduce el estrés oxidativo (es decir, disminuye el envejecimiento de las células y, por tanto, frena la aparición de diferentes patologías graves como enfermedades cardiovasculares, cáncer) y reduce la inflamación (en referencia a la denominada ‘inflamación aguda’), una complicación directamente relacionada con enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, el asma e incluso, según los últimos estudios, con las peores respuestas en personas contagiadas por ‘coronavirus’, la cual no afecta a todas por igual, pues el hecho de padecer patologías previas como las mencionadas anteriormente, empeora los síntomas y el pronóstico. Además, se ha comprobado cómo altera la respuesta del sistema inmune al inducir la leucopenia (un trastorno de la sangre producido por la baja producción de leucocitos o glóbulos blancos generados en la médula ósea) con niveles elevados de sustancias proinflamatorias».

«El ejercicio físico continuado y moderado (dos, tres o más días a la semana) promueve una respuesta diferencial de las citosinas -encargadas de regular los mecanismos de la inflamación- y aumenta los niveles de IL-6, una glucoproteína encargada de regular la función inmune así como los procesos de coagulación y reparación de heridas que, además, tiene un papel muy importante: el de la síntesis de anticuerpos».

Si el deporte es tan bueno y nos ayuda a prevenir enfermedades, ¿por qué, a veces, nos ponemos malos cada dos por tres al practicarlo? Fácil: porque nos estamos pasando. No estamos entrenando a la intensidad que deberíamos y, probablemente, la dosis de ejercicio no es la adecuada. Ya se ha hablado anteriormente de la desconocida para much@s IL-6, así como de las mejoras en el sistema inmune que se producen siempre que la intensidad sea moderada. ¿Pero cómo se valora esa intensidad?, en el caso de la carrera, los kilómetros que hacemos, el número de días que solemos entrenar, la velocidad a la que vamos o nuestro nivel de percepción de esfuerzo. Si no tenemos en cuenta todos esos factores, nos estamos jugando no solo el padecer una lesión, sino también debilitar el sistema inmune. Y para hacernos una idea de lo que esto supone, vale el siguiente ejemplo muy gráfico: Durante un ejercicio físico prolongado, como por ejemplo el que llevan a cabo los corredores, los niveles de la mencionada IL-6 en sangre y en el músculo aumentan hasta 100 veces, lo que implica una disminución de sustancias antiinflamatorios y un aumento, de forma exponencial, del riesgo de coger una infección. Ya lo dice una moraleja ZEN: ‘La virtud está en el término medio’”.

¡TÚ TIENES EL PODER!

 

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