El concepto ‘regalar’ es el hecho de dar a alguien algo sin recibir nada a cambio por diversos motivos, como puede ser en muestra de afecto o consideración.
En las fechas de Navidad y Reyes, el ‘regalar’ algo forma ya parte inevitable de las mismas, una costumbre que ha llegado a nuestros días significándose tanto por ser un acontecimiento social como un hecho comercial hasta el punto de convertirse en un termómetro de la situación económica de un país, desarrollándose campañas específicas promovidas por las empresas y asociaciones del sector, como es el caso de Granadilla de Abona que este año puso en marcha una campaña comercial bajo el lema ‘Granadilla, tu tienda en Tenerife’ con la intención de fomentar las compras navideñas en los establecimientos del municipio.
HISTORIA DE LOS ‘REGALOS’
La costumbre de ofrecer ‘regalos’ o ‘presentes’ existió en muchos pueblos antiguos, siendo una característica de las civilizaciones más adelantadas. Así, entre los pueblos griegos y romanos esta práctica aparecía ya desde sus orígenes. En la Odisea, por ejemplo, ya se muestra en el libro XIV, verso 323, donde el rey de Thesprotia muestra los presentes recibidos de Ulises (consistentes en valiosos metales, bronce, oro y otros bienes preciados en la época) en tanta abundancia que eran suficientes para enriquecer a quien los poseyera hasta la décima generación.
Aunque muy posiblemente la causa que originalmente motivó estos actos de hospitalidad no fuera precisamente la piedad, sino el temor o una muestra de respeto, el acto de recibir y agasajar al huésped pudo ser un recurso para ahuyentar a los malos espíritus o para invalidar sus poderes mágicos.
La primitiva civilización griega revela en su literatura, ya en una etapa más evolucionada de su desarrollo, que lo que se creía originariamente como un mero acto de superstición llegó a convertirse en un deber religioso y social, pues además de las dádivas del hospedaje, existían otras ocasiones propicias para el ‘regalo’, como lo eran el aniversario del nacimiento o cumpleaños, donde se les regalaba a los niños sortijas, amuletos y ramilletes de flores.
También en la antigua Roma prevaleció la costumbre de hacerse regalos mutuamente entre parientes y amigos. Así, a partir del año 150 A.C., en que el comienzo del año civil se trasladó definitivamente al 1º de Enero, dicho día fue destinado a hacerse ‘regalos’, convirtiéndose en costumbre el hecho de entregar unas monedas de latón, muy pequeñas, como símbolo de riqueza. A este obsequio se le llamó ‘strenae’, térmimno que se conserva en el francés actual como ‘étrennes’.
En los pueblos primitivos, el interés de hacer un ‘regalo’ iba acompañado con la esperanza de que el obsequiado hiciera algo por él o dejara de hacer algo que le perjudicara. Los neozelandeses, por ejemplo, dan con gran facilidad cuanto poseen pero siempre en espera de un equivalente, y los tahitianos incluso expresan al favorecido lo que desean recibir como retorno. Asimismo, los esquimales agradecidos regalaban presentes sin querer aceptar nada como compensación, y los “dieri” (indígenas australianos) hacían regalos a los blancos cuando les debían algún favor, como el de haber salvado la vida de alguien integrante de la tribu.
EL ‘REGALO’ EN LA ACTUALIDAD
La Biblia ya menciona la práctica del ‘regalo’ cuando hace referencia al nacimiento de Jesús. Es conocida la entrega de oro, incienso y mirra por parte de los Reyes Magos, y pueden entenderse también como ‘regalos’ a los dioses las ofrendas de las antiguas civilizaciones a cambio de protección y prosperidad. Son tradiciones que, actualizadas, se han ido manteniendo vivas en la sociedad y de manera distinta en cada cultura.
La evolución del ‘regalo’ ha ido adaptándose a las coyunturas económicas y sociales así como al desarrollo de cada comunidad de manera que, hoy por hoy, además de la Navidad y los Reyes Magos, son innumerables las ocasiones para hacer ‘regalos’: desde la celebración de los cumpleaños, santos, aniversarios, acción de gracias, determinadas fechas del calendario e incluso festividades locales que tienen arraigada esta práctica, tal como es el caso del día de Sant Jordi.
Existen además otros momentos especiales como nacimientos, bodas, recepción de invitados u otros menos festivos como fallecimientos, estancias en hospitales que requieren detalles en formas de flores o alimentos o, simplemente, muestras de agradecimiento por favores recibidos.
La cuestión es que la práctica del ‘regalo’ ha llegado a nuestros días incluyendo a los entornos empresariales que, tal como indicamos, emplean esta técnica con distintas fórmulas y objetivos, desde estrategias de venta (con carácter promocional), lanzamientos de nuevos productos en forma de muestras, merchandising publicitario, etc., hasta fórmulas de fidelización, concursos o muestras de agradecimiento a clientes relevantes…
QUÉ Y CUANDO REGALAR: EL ‘REGALO’ COMO FILOSOFÍA
En un artículo titulado ‘Regalar es una filosofía’, dice a modo de consejo la web de una empresa que ofrece una amplia gama de regalos originales y artículos para el hogar:
« Regalar es un arte. Demuestras tu propio estilo con un significado muy personal. Puedes regalar para tener un detalle, por amistad, para ser perdonado, para agradecer un favor… o puedes regalar porque sí. ¡Esos son los mejores!
Entonces, ¿cuándo es mejor regalar? Creemos que el mejor momento para ti debería ser también el mejor momento para la otra persona. Las sorpresas buenas siempre nos alegran. Si, por el contrario, corres el riesgo de que la otra persona tenga más estrés y frustración que felicidad, mejor dejarlo pasar. A buen entendedor…
Hay también las típicas invitaciones informales para comer o cenar, que nunca sabes qué llevar. Si conocemos muy bien a nuestros amigos y son íntimos, podemos llevar una buena botella de vino, un postre dulce (tarta, pasteles, etc.) e incluso de acuerdo con el anfitrión/a un determinado detalle gastronómico para degustar durante la comida. Si no tenemos mucha confianza con los anfitriones (jefes, compañeros de trabajo) según dicen las reglas de protocolo, no llevaremos regalos gastronómicos o bebida. Podríamos llevar algún pequeño objeto de adorno. Nunca detalles personales, ya que éstos deberían limitarse solamente al ámbito de la pareja, los amigos íntimos y la familia cercana.
En los regalos personales no se deben regalar colonias o prendas de vestir de uso personal como las corbatas o lencería. Hay las clásicas prendas que nunca nos ponemos, con lo cual, mejor no coleccionar las corbatas o ropa interior en el cajón.
Hay regalos ‘fijos’: bodas, bautizos, comuniones y aniversarios. Sí, sí… no pienses que regalarías algo distinto porque está comprobado:
– Bodas: cuberterías, cristalerías, vajillas, adornos para la casa, muebles… ¡Seamos realistas! Actualmente lo que queremos es dinero, o algo muy concreto que se ha pedido en la famosa “lista de regalos de los novios”. ¡Todo sea por no liarla!
– Aniversarios: objetos de plata grabados. Mucho mejor un viaje para poder celebrar íntimamente con tu pareja, después de tan largo viaje juntos.
– Bautizos: medallita, utensilios para comer, chupetes…
– Comuniones: Biblia, medalla, reloj, cadenita de oro, tecnología diversa …
¿Y cuando recibimos un regalo que no nos gusta? Dejémoslo aquí … Tener que agradecerlo sin poner mala cara o mostrar nuestro descontento con gestos o palabras… ¡Nadie dijo que fuera fácil! »
DOS PROPUESTAS A MODO DE ‘REFLEXIÓN’
Del blog La filosofía en el mundo reproducimos la historia ‘Un regalo para Buda‘, que dice:
« En una ocasión cuando Buda estaba predicando su doctrina, un hombre que se le acercó comenzó a insultarlo e intentar agredirlo, pero Buda se mantuvo en un estado de imperturbable serenidad y silencio.
Cuando hubo terminado su acción, se retiró.
Un discípulo, que se sintió indignado por los insultos que el hombre lanzó contra Buda, le preguntó por qué dejó que lo maltratara y lo agrediera. A lo que Buda respondió con segura tranquilidad: “Si yo te regalo un caballo pero tú no lo aceptas, ¿de quién es el regalo?” El discípulo contestó: “Si no lo acepto, sería tuyo todavía”. Entonces Buda respondió: «Bueno. Estas personas emplean parte de su tiempo en regalarme sus insultos, pero al igual que un regalo yo elijo si quiero aceptarlo o no. Los insultos son como regalos: si lo recoges, lo aceptas; si no lo recoges, quien te insulta se lo queda en sus manos. No podemos culpar al que insulta de nuestra decisión de aceptar su regalo. Por esa misma razón, esos insultos son para mí como un regalo que elijo no recoger. Simplemente los dejo en los mismos labios de donde salen.”
Este relato está estrechamente relacionado con una de las frases del propio Buda: «El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.»
El hombre perdió su tiempo intentando hacer sufrir a Buda, ya que éste con su indiferencia optó por mantenerse al margen de las agresiones del individuo. »
La otra reflexión, tomada de un whatsapp que nos envió una amiga el pasado Día de Reyes, dice:
« Hay regalos que todas las economías pueden permitirse. No cuestan nada, aun siendo muy valiosos… aunque sólo lo podrán ver los que saben que cada día es nuevo, una nueva oportunidad para ser felices y no vivir tristes ni agobiados. Se pueden utilizar todos los días y no se gastan sus baterías. Vienen sin envoltorio, sólo traen la luz de la estrella que guía a los Reyes…
…El regalo de ESCUCHAR. Pero sin bostezar, sin interrumpir, sin criticar o meternos en su vida. Sólo ‘escuchar’.
…El regalo del CARIÑO. Ser generosos en besos, abrazos, sonrisas, palabras amables, un apretón de manos. Especialmente con los que vemos diariamente y esto se nos olvida.
…El regalo del FAVOR. Todos los días procura hacer un favor.
…El regalo del RECONOCIMIENTO. Un simple pero sincero “hoy estás precios@”, “que rica estaba la comida”, “has hecho un gran trabajo”, pueden convertir un día ordinario en especial.
…El regalo de una NOTA ESCRITA o un whatsapp. Puede ser un simple “gracias por estar ahí”, un “cómo estás”, un “hola”, un “gracias”, un “por favor”, un “compartir un chiste”. Es un pequeño detallito que puede sacar una sonrisa y ser recordado toda la vida.
…El regalo de la SOLEDAD. Hay momentos en los que preferimos estar a solas y es bueno compartirlo con los demás.
…El regalo de la GRATITUD. Da gracias por todo, porque todo te ha sido dado. »
¡ Que los Reyes Magos le hayan dejado muchos regalos útiles y solidarios!