Sobre el dique flotante destinado al Puerto de Granadilla de Abona cuya mitad se hundió en el Atlántico durante su transporte

18 Ago, 2018 | Economía, Empresas | 0 Comentarios

El pasado día de Reyes llegaba al Puerto Industrial de Granadilla de Abona la mitad del dique flotante (de 80.000 toneladas de fuerza ascensional o de flotación) propiedad de la empresa naval Palumbo Tenerife Shipyard, una infraestructura de 270 metros de eslora y 78 metros de manga, construida en 1967 y procedente de Estados Unidos que se encontraba fuera de uso desde 2014 a causa del cese de la actividad del astillero Avondale ubicado en el río Mississipi.

Palumbo Tenerife es una sociedad italiana que llegó de la mano del remolcador liberiano ‘De Zhou’, embarcación que trajo esta primera mitad del dique flotante desde Puerto España, en la isla de Trinidad, para cuya operación de entrada al puerto granadillero (que inicialmente estaba prevista el pasado octubre) contó con otros tres remolcadores.

En noviembre del pasado año, el presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife dijo que la infraestructura del dique flotante, cuyo cometido era realizar básicamente reparaciones navales, llegaría el 15 de diciembre a Granadilla, lo que permitiría que «este puerto esté operativo en 2018». En este mismo sentido, algunos medios informativos señalaban que “para mediados de diciembre está prevista la llegada de un dique flotante, propiedad de astilleros Palumbo, con unas dimensiones que alcanzan los 300 metros de eslora y 78 de manga”. Sin embargo, los huracanes que afectaron a la zona del Caribe retrasaron la llegada del dique en más de un mes ya que los fuertes vientos y el oleaje obligaron a la expedición a buscar refugio en Jamaica.

Desde el momento que se produjera la llegada a la Isla de la otra mitad de la infraestructura que faltaba para completar el dique flotante, la empresa naviera Palumbo Tenerife Shipyard contaría con un elemento que desde la Presidencia de la Autoridad Portuaria se valoraba como «fundamental» para desarrollar reparaciones navales, una de las actividades esenciales que se llevaría a cabo en el puerto de Granadilla de Abona. Con la llegada de la primera mitad del dique al puerto, éste ya contaba con cuatro elementos atracados, sumándose al mismo las dos plataformas petrolíferas llegadas con antelación y el remolcador liberiano “De Zhou” que lo había traído desde Trinidad y Tobago.

En febrero se conoce una noticia que hasta el momento se había mantenido en secreto: la otra mitad del dique flotante, una de las esperanzas puestas por Puertos de Tenerife a fin de aumentar la competitividad en el negocio de las reparaciones navales en el Puerto de Granadilla, se había hundido por el camino cuando era remolcado a Tenerife. El dique al completo había salido de Nueva Orleans en septiembre de 2017 y la previsión era que llegase a Tenerife a mediados de octubre o principios de noviembre, pero se retrasó debido a problemas de seguridad por huracanes en el Atlántico.

Por esta razón el remolcador que trajo la mitad del dique aún permanecía atracado en el puerto, pues había sido embargado y detenido desde su llegada el pasado seis de enero. Mientras, estaba en curso una investigación mantenida en secreto para determinar las responsabilidades del caso, con cuantías millonarias por el medio. Un asunto muy grave que derivó en un lío judicial monumental y que complicó los planes de la empresa Palumbo para su instalación en Tenerife, donde proyectaba un importante centro de reparaciones navales en el que el dique flotante era el principal soporte de su actividad, quedando por determinar si la media sección existente en el puerto podría ser utilizada y cuál sería el coste de su adaptación.

A principios de marzo se informaba que el astillero propiedad de Palumbo Tenerife Shipyard empezaría a funcionar con sólo la mitad del dique flotante comprado en Estados Unidos al haber perdido la otra mitad que se hundió en el océano cuando ésta era trasladada hasta la Isla al soltarse la plataforma sobre la que venía. Asimismo, se supo que al remolcador retenido se le levantó el embargo y ya se había marchado de la Isla.

Palumbo había decidido iniciar un proceso judicial para dirimir las responsabilidades y reclamar el coste de la parte del dique flotante que se hundió, pero también decidió iniciar su actividad de reparaciones navales con la parte del dique que llegó al Puerto de Granadilla el 6 de enero, que sería adaptada. En todo caso, la falta de la mitad de la estructura limitaría a Palumbo (a quien la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife había otorgado la concesión para la reparación de buques) su capacidad de reparar buques en los astilleros del Sur de Tenerife.

En mayo se conoce que una parte del medio dique hundido había emergido en el ‘Triángulo de las Bermudas’ y, en ese sentido, la web de Juan Carlos Díaz Lorenzo www.puentedemando.com publica el 5 de junio el siguiente artículo con el título ‘Parte del dique de Palumbo flota en el Triángulo de las Bermudas’:

« El mutismo rodea el remolque de las dos mitades del dique flotante adquirido en Nueva Orleáns (EE.UU.) por la empresa italiana Palumbo y que tenía como destino el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Se trataba de una de las apuestas más ambiciosas en materia de reparaciones navales en esta zona del Atlántico, que situaría a Tenerife en el mapa internacional del subsector. 

No en vano, el dique tenía en origen una fuerza ascensional de 80.000 toneladas, con lo que cubría un amplio espectro de posibilidades, sobre todo en el caso de petroleros y bulkcarriers. Sus dimensiones imponían, con una eslora de 270 m y 78 de manga. Construido en 1967, estaba inactivo desde 2014, en que se produjo el cierre del astillero Avondale ubicado en el río Mississipi.

Como ya publicamos en esta misma sección, la llegada del dique flotante de Palumbo Tenerife Shipyard estaba prevista para el 15 de octubre de 2017, a remolque del remolcador de altura “Pacific Dragon”. Al parecer, el plan del viaje se vio alterado debido a los ciclones que afectaron a la zona del Caribe, por lo que el convoy buscó refugio en varios puertos alternativos. A partir de ahí se sucedieron varias informaciones contradictorias hasta que, tiempo después, se supo parte de la realidad.

El pasado 5 de enero llegó el remolcador liberiano “De Zhou” al sur de Tenerife con el remolque de una de las dos secciones, que fue atracada al día siguiente en el puerto de Granadilla, donde se encuentra desde entonces. En la maniobra intervinieron los remolcadores “VB Balear”, “VB Canarias” y “VB Muletón”. Capitanía Marítima ordenó la detención y embargo del remolcador “De Zhou”, lo cual nos dio a entender que algo grave sucedía y en aquel momento, ante el silencio imperante, pensamos que ello provocaría un retraso en el remolque de la segunda sección. Nada más lejos de la realidad.

El 20 de febrero publicamos en esta misma sección la noticia de que una de las dos secciones que componen el dique flotante de Palumbo Tenerife Shipyard se había hundido por el camino, y que esa era la razón del embargo del remolcador que lo había traído. Supimos, entonces, que estaba en curso una investigación que se mantenía en gran sigilo y determinaría las responsabilidades del caso, aseguradoras de por medio, que se apuntan millonarias.

Un asunto muy grave que ha complicado los planes de la empresa italiana para su instalación en el puerto tinerfeño, donde proyectaba un importante centro de reparaciones navales y en el que el dique flotante era el principal soporte de su actividad. Está por determinar si la media sección existente puede ser utilizada y cuál será el coste de su adaptación. Por el momento, poco o nada ha trascendido al respecto.

El pasado 17 de mayo, el periódico ABC publicó una información en la que afirma que un trozo del dique flotante destinado al puerto de Tenerife había emergido en aguas del Triángulo de las Bermudas, donde había sido localizado por los tripulantes de un velero deportivo. Entonces tomamos la información con cautela, pese a que la crónica citaba a Steffan Watkins, experto en inteligencia, quien confirmaba la aparición, de la que, en principio, no nos cuadraba la imagen publicada con lo que hasta entonces conocíamos de la instalación.

Pero desde EE.UU. nos llegó hace unos días la reconfirmación de que el trozo que había reaparecido pertenece a la mitad perdida del dique flotante que Palumbo Tenerife Shipyard había adquirido en una inversión que ha supuesto un serio quebranto para la empresa italiana y una magnífica oportunidad perdida para el puerto de Santa Cruz de Tenerife. Tom Pitchford nos escribió y envió algunas fotos en las que se aprecian detalles concretos, que incluimos en esta información y que, efectivamente, comprobamos que son ciertos. »

Este suceso, que se encuentra en los tribunales con compañías aseguradoras de por medio, ha decepcionado enormemente a la comunidad portuaria de Tenerife porque le impide captar mercado de forma ágil en el negocio de la reparación de plataformas petrolíferas.

La división del dique en dos mitades para su transporte desde Estados Unidos hasta Tenerife se justificó por problemas de meteorología en el Atlántico a finales de 2017, y tras el incidente del hundimiento de una de ellas, Puertos de Santa Cruz de Tenerife (que tenía espacio reservado en el Puerto de Granadilla para el atraque) expresó su malestar por la ausencia de medidas preventivas por parte de la empresa naviera que arrastraba el dique, manifestando en mayor medida su contrariedad por el índice de empleo que se esperaba generase esta nueva actividad económica en las islas.

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