Sobre el 29 de febrero y el ‘año bisiesto’

29 Feb, 2016 | Sociedad | 0 Comentarios

Solamente hay fecha de 29 de febrero cada cuatro años, produciéndose entonces lo que se conoce como año bisiesto y este año ha tocado, añadiendo un día más a los 365 habituales de duración para compensar el desfase que se produce debido a que existen unas 6 horas que no se contabilizan cada año y que se acumulan en los sucesivos, por lo que cada cuatro años se genera un día que hay que incluir en el calendario si se quiere evitar un desajuste que a la larga provocaría un desfase en las estaciones que poco a poco se desplazarían de su fecha habitual.

En definitiva, este día se añade para corregir el desfase que existe entre la duración del ‘año astronómico’, de 365 días 5 horas 48 minutos 45,25 segundos (365,242190402 días), y el ‘año calendario’ de 365 días, lo que requiere que cada cuatro años se corrija el ‘año calendario’ por una acumulación no contabilizada de aproximadamente 1/4 de día por año que equivale a un día extra.

Un artículo publicado por el diario El País sobre el tema, titulado Año bisiesto ¿Qué es y por qué existe?’ aclara bien este fenómeno, por lo que consideramos de interés reproducirlo:

« Si queremos entender por qué existen los años bisiestos debemos fijarnos en el movimiento de la Tierra alrededor del Sol: nuestro planeta rota 365,24219 veces durante una órbita completa alrededor del astro, por tanto un año dura 365 días, 5 horas, 48 minutos y 56 segundos, no 365 días justos.

Al emperador Julio César se le ocurrió crear el año bisiesto. Si cada año nosotros contamos esos 365 días, perdemos esas 5 horas que deberemos recuperar. Durante tres años contamos esos 365 y al cuarto recuperamos el día que falta, los 29 días que tiene febrero, el año bisiesto.

¿Qué pasaría si no añadimos ese día?

El año bisiesto tiene una explicación. Si no añadiéramos un día completo cada cuatro años, las estaciones acabarían descompasadas del calendario, de tal manera que después de unos 700 años, en el hemisferio norte la Navidad caería en mitad del verano. Al revés, en el hemisferio sur.

Fue en el año 44 antes de Cristo, al adaptarse al calendario juliano —basado en el movimiento del Sol—, cuando los años pasaron a tener 365 días, divididos en doce meses de 30 o 31 días salvo febrero, con 28. Siendo conscientes los romanos de que los 365 días no eran un cálculo exacto, cada cuatro años añadían un día más al calendario.

Posteriormente, en el año 1582, el calendario gregoriano (promovido por el Papa Gregorio XIII) sustituyó al juliano y ajustó un poco más el desfase que todavía existía con el calendario juliano añadiendo excepciones a los años bisiestos: no lo serán los años múltiplos de 100, salvo si son también divisibles por 400. Por este motivo, el año 1900, que debería haber sido año bisiesto, no lo fue (es múltiplo de 100 y no es divisible por 400). Y el año 2000, que es múltiplo de 100, pero también es divisible por 400, sí que lo fue. Del mismo modo, los años 2100 y 2200 no serán años bisiestos.

Los años actualmente tienen 365 días, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos. Pese a este ajuste todavía se acumula un desfase de unos segundos, con lo que para que se acumule un día de error tendrán que pasar más de 3.200 años. »

Sobre el 29 de febrero y el 'año bisiesto' (imagen 5)

Otro artículo publicado por La Vanguardia titulado ‘¿Qué fecha sería hoy sin los años bisiestos?’ también aporta luz a esta cuestión. Dice:

« Hoy es 29 de febrero de 2016. Año bisiesto, como cada cuatro años desde que lo estableció el calendario de Julio César, pero ¿en qué fecha estaríamos hoy si el emperador romano no hubiera introducido el año bisiesto?

Esa misma pregunta se la han hecho en ‘Los Angeles Times’ y, tras consultarlo con numerosos astrónomos, han hallado la fecha exacta: sin años bisiestos, hoy sería 15 de julio de 2017. Aunque para llegar hasta ahí habría que empezar a contar desde que se estableció el calendario de Julio César, hace ya 2.062 años.

En total habría 533 días de diferencia sin año bisiesto, pero han sido necesarios para mantener un orden de cara a las estaciones del año.

¿Por qué se creó el año bisiesto?

El calendario de la antigua roma tenía muchos errores. Sólo contaba con 10 meses o había 60 días que no tenían un mes asignado en invierno. Ante estos fallos, el emperador romano encargó un calendario más preciso en el que las estaciones del año siempre cayeran en los mismos meses.

Tras haber encontrado solución a la problemática de las estaciones, se toparon con un rompecabezas inesperado. El tiempo que tardaba la tierra en dar una vuelta completa al sol no era una cifra redonda. Nuestro planeta necesita 365 días, cinco horas, 48 minutos y 45,5 segundos y eso supone que no haya un número exacto de días. No arreglar ese error hubiera supuesto que las estaciones volvieran a bailar pasados muchos años, así que para solucionarlo decidieron añadir un día extra cada cuatro años, lo que se conoce actualmente como año bisiesto. »

Año bisiesto es una expresión que deriva del latín bis sextus dies ante calendas martii (es decir, ‘repítase el sexto día antes del primer día del mes de marzo’), que correspondía a un día extra intercalado entre el 23 y el 24 de febrero por Julio César. En el calendario gregoriano, calendario hecho por el papa Gregorio XIII, este día extra se colocó al final del mes, o sea, el 29 de febrero. El 24 de febrero era el sexto día antes de las calendas (primer día del mes) de marzo. Los romanos no contaban los días del mes del 1 al 31, sino que tomaban tres fechas de referencia: calendasnonas e idus. Para contar se incluía el día de referencia (en este caso, el 1 de marzo).

Según el calendario gregoriano, la regla para los años bisiestos es la siguiente: “Año bisiesto es el divisible entre 4 -periodicidad de 4 años-, salvo que sea ‘finisecular’ -último de cada siglo, terminado en «00»-, en cuyo caso ha de ser divisible entre 400.Esta restricción elimina como bisiestos a tres de cada cuatro años ‘finiseculares’ -periodicidad de 400 años-”.

Es decir, la gran mayoría de los años que sean divisibles entre 4 son bisiestos. No lo son si su divisibilidad es entre 100 (como los años 1700, 1800, 1900 y 2100), a no ser que además sean divisibles entre 400 (como los años1600, 2000 y 2400). Así, en 400 años debe haber 97 años bisiestos y de esa manera el año del calendario gregoriano se mantiene muy parecido al año solar.

Sobre el 29 de febrero y el 'año bisiesto' (imagen 3)

UN POCO DE HISTORIA

Transcurría el año 49 a. C. cuando el dirigente Julio César llegó a Egipto. Hasta entonces el calendario romano cargaba con siglos de desfases debido a su imprecisión. Entre otras cosas, Julio César encontró un excelente calendario en las tierras de la faraona egipcia Cleopatra. Fue entonces cuando delegó a Sosígenes de Alejandría, astrónomo, matemático y filósofo, la tarea de diseñar un nuevo calendario a la altura y exactitud que el imperio necesitaba.

Sosígenes entregó a Julio César su calendario entre el 48 y el 46 a. C., basado principalmente en el calendario egipcio, pero conservando los nombres de los meses romanos. Este calendario poseía una duración de 365 días y un día adicional inicialmente cada cuatro años, para compensar un desfase natural producido por la revolución no sincrónica de la Tierra en torno al Sol.

La compensación de los desfases que tenía acumulados el calendario romano obligó a que el año 46 a.C. se convirtiera en el año más largo de la historia, con 445 días de duración para compensar e iniciar nuevamente de cero. A este inusual año se le llamó «año juliano» o el «año de la confusión».

Aproximadamente seis siglos antes, el rey Numa Pompilio había agregado los meses de januarius y februarius al ya maltratado año romano, y fue a este último, a februarius, al que se sumó el día adicional. La reforma de Julio César añadió un día tras el 24 de febrero, el mencionado bis sextus dies ante calendas martii , que con el tiempo continuó llamándose ‘bi-sextum’ o ‘bisiesto’, aunque se añadiera el día extra tras el último día de febrero. Este calendario fue oficial en Roma durante los siguientes siglos, incluso en el Concilio de Nicea se advirtió que había un error de Sosígenes, pero no hicieron nada por corregirlo hasta 1582, cuando se adoptó el actual calendario Gregoriano.

Sobre el 29 de febrero y el 'año bisiesto' (imagen 4)

Curiosidad

El papa Gregorio XIII, asesorado por el astrónomo jesuita Christopher Clavius, el 24 de febrero de 1582 promulgó la bula Inter Gravissimas, en la que establecía que tras el jueves 4 de octubre de 1582 seguiría el viernes 15 de octubre de 1582.

Con la eliminación de estos diez días desaparecía el desfase con el año solar. Para que esto no volviera a ocurrir, en el nuevo calendario se eliminaron tres años bisiestos cada cuatro siglos. Con ello, el 4 de octubre de 1582 fue el último día del calendario juliano y el 15 de octubre de 1582 constituyó el primer día del calendario gregoriano. Por tal razón, históricamente no existieron las fechas del 5 al 14 de octubre de dicho año.

Si utilizamos métodos basados en el actual calendario gregoriano, el cálculo de fechas anteriores al 15 de octubre de 1582 siempre será erróneo, ya que se deben utilizar exclusivamente en retrospectiva hasta esta fecha y a partir de ahí cambiar al cálculo de fechas según el calendario juliano a partir del 4 de octubre de 1582, sin olvidar además los referidos 10 días inexistentes.

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