Mis tiempos del Sur (VII): El Adelantado Fernández de Lugo, una figura histórica nefasta para el pueblo aborigen guanche tinerfeño (2)

11 Jun, 2018 | Colaboraciones | 0 Comentarios

Por: Emiliano Guillén Rodríguez

(…Continuación) 

« Fernández de Lugo se aprovechó de la fidelidad de los ‘menceyatos de paces’ a los pactos de no agresión firmado por los Menceyes del Sur con los conquistadores, para engañarlos y reducirlos a la esclavitud a fin de obtener beneficios con la venta de esclavos guanches para financiar la conquista de la Isla.

En los tiempos inmediatamente anteriores a la conquista de la Isla, los guanches del Sur de Tenerife vivían bajo una serie de condicionamientos que los condujeron a realizar, sostener y cumplir mientras pudieron unos pactos de no agresión con los conquistadores ya que ellos les podrían garantizar la solución de ciertas dificultades, a saber:

A) La piratería: Esta actividad fue durante tiempo un duro azote para los guanches, beneficiada además porque las costas sureñas disponen de magníficos refugios litorales para los barcos de la época, pudiendo fondearlos con seguridad en ellos (Porís de Abona, La Caleta, El Médano, Los Cristianos…) y desde allí llevar a cabo incursiones en tierra firme capturando en sus correrías a hombres, mujeres, niños, ganados y cuanto encontraban a su paso que fuese comercializable. Esta actividad solía alcanzar mayor violencia y frecuencia en las estaciones del otoño e invierno que era cuando el pueblo y el ganado, por necesidades de subsistencia, había de permanecer en las zonas bajas y medianías aprovechando los pastos costeros y los recursos de la mar como pescado, mariscos y sal (los primeros como sustento y la sal para sazonar y conservar los alimentos, curtir las pieles o momificar a sus muertos).

B) El conocimiento del cristiaismo: Fue este aspecto también un condicionante en esta situación de no intervención en la guerra de conquista para los guanches del Sur de Tenerife. Esta religión ya arraigaba entre ellos gracias a su divulgación en el propio idioma aborigen a través de intérpretes que conocían ambas lenguas (como por ejemplo, el guanche Antón) y por el parecido de ritos como el del bautismo o la creencia en la existencia de otra vida después de ésta.

Sin olvidar el hecho de la aparición de la Virgen de Candelaria en tierras del Menceyato de Güímar.C) La situación política interna: Este aspecto influyó notablemente en los pactos de no agresión, aunque sobre este asunto hay que decir de Atxoña (Mencey de Abona) que se mantuvo absolutamente al margen (neutral) sin inclinarse ni por unos ni por otros.

El Mencey de Taoro, el Gran Quehebi Benchomo, era entonces el más poderoso de la Isla por el número de hombres de pelea, por el ganado y por la fertilidad de sus tierras, y siempre tuvo intención de dominio sobre el resto. Los del Sur, recelosos del dominio ejercido por éste y la posibilidad de ser absorbidos por los de Taoro, se inclinaron por pactar con los conquistadores pasando a considerarse como ‘de paces’, según figuran en los documentos escritos de la época y en los que siempre se les refiere en este sentido.

D) Quizás, un último factor que pudo haber influido en esta decisión fue la escasez de hombres de pelea, aunque éstos eran pocos pero muy selectos. La población aborigen en el Sur era muy inferior a la del Norte de la Isla.

Pues bien, los Menceyes del Sur que firmaron con los conquistadores pactos ‘de paces’ por las causas reseñadas, siendo hombres de palabra testamental respetaron hasta cuando pudieron estos pactos, pero la traición, el engaño, la esclavitud, la vileza y la aculturación fueron en contrapartida los pagos que recibieron por su fidelidad a tales pactos.

El Adelantado Fernández de Lugo, hombre ya afamado de traidor tal y como ya había actuado en Benahoare (La Palma) como recurso para reducir al Mencey de Aceró, Tanausú, derrotado y diezmado ya en Tenerife por los guanches de los ‘bandos de guerra’ en la Matanza de Acentejo, necesitado de medios económicos para hacer frente a los gastos de guerra y rearme para acometer de nuevo la conquista de la Isla, se aprovechó de los menceyatos o reynos ‘de paces’ para estos fines. Nuestros menceyes poco negociable pudieron ofrecerle al conquistador, pero el mercado de esclavos era un negocio bollante por aquel entonces y la venta de hombres, mujeres y niños guanches capturados mediante engaños en los menceyatos ‘de paces’ resultó, aunque inhumano, altamente rentable para los fines del conquistador, máxime entendiendo que un esclavo guanche se pagaba a doble precio que otro de cualquier origen.

En este sentido, mencionar sólo una cita sobre el tema de la esclavitud en los menceyatos ‘de paces’ contenida en La Conquista de Tenerife del historiador Rumeu (pág. 461, doc. 37) que dice: …«En la Real Orden de 29 de marzo de 1498 dada en Alcalá de Henares, Lugo declara: …“Tomó e captivó fasta mil ánimas de los bandos de Dexa (Adeje) e Bona (Abona) e Guymad (Güímar) e que ha vendido parte dellos, seyendo cristianos e libres e que los dichos canarios están en poder del dicho Alonso de Lugo fasta trescientas ánimas, las cuáles diz que quiere vender”» »

(Continuará…)

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