Mis tiempos del Sur (II): El Menceyato de Abona

1 Jul, 2015 | Colaboraciones | 0 Comentarios

Por: Emiliano Guillén Rodríguez

«El Menceyato de Abona o Reino de Abona (como también quedó registrado en distintos lugares), nacerá allá por el año 1445 aproximadamente bajo el dominio y dirección de su primer Mencey ATGUAXOÑA, pasando a ocupar una gran parte de la banda sureña de la isla: el auténtico Sur, que es comarca natural, árida y seca, dominada por las brisas y por largas temporadas de sequía que condicionarán la vida de sus habitantes primigenios en aspectos tales como el económico y/o el residencial, entro otros. Gran movilidad en las estaciones y un cierto grado de dependencia de otros menceyatos más húmedos y ricos son dos de las consecuencias fundamentales derivadas de su medio ambiente natural.

La delimitación de las fronteras de este Menceyato resulta asunto relativamente sencillo por su parte norte, ya que sus habitantes tenían acceso por distintos caminos a la zona comunal de pastoreo de verano de Las Cañadas, así como también lo será en lo que se refiere a su delimitación del Sur, pues la mar serviría de lindero natural, de la cual aprovecharían muchos de sus recursos naturales antaño abundantes: moluscos de distintas especies, diversos tipos de peces y sal para sazonar alimentos, para conservarlos o para momificar a sus muertos.

Mayores dudas se nos presentan a la hora de situar sus fronteras de naciente y de poniente. En cuanto al naciente, muchos autores le reconocen como límite natural con el Menceyato de Goymad (Güímar) al barranco de Herques que separa las provincias de Fasnia en Abona y la de Agache en Goymad. En este sentido, aún la tradición oral diferencia a unos y a otros por medio del referido barranco de Herques, pues entre ellos se llaman ‘chasneros’ a todos los naturales del margen derecho de dicho barranco según se mira del monte hacia el mar, y ‘agacheros’ a todos los naturales de la orilla izquierda del mismo.

La mayor dificultad respecto de los linderos de Abona se presenta a poniente. Para tratar de definir estos límites del Menceyato es preciso recurrir a las Datas del reparto de tierras de estas zonas. Veamos dos referencias. La primera de ellas, fechada el 28 de agosto de 1516, dice:

Licenciado Cristoval Valcarcel. Por que sirváis y os avecindéis en esta isla doy a vos vuestro suegro Pedro de Lugo, para ambos a dos 600 fanegadas de sequero de buena medida en el reino de Abona, desde el Llano del Ahijadero que comienza desde la fuente de Jámar con la dicha fuente, todo el barranco abajo, que va a dar a Las Galletas hasta el mar con todos los pozuelos de dicho barranco que están junto al mar y hacia las moradas que llaman de Guadarteme e dende allá hasta Jámar e la banda de Aldea Blanca con el corral que hizo Martín Vayl a dar al corral grande que dicen de Los Cristianos, e por allí arriba hasta el barranco que está junto al barranco e camino de Adegue y al… Digo que vos do cada 200 fanegas, que son las fanegas que no sean de malpaís, salvo en buenas tierras”.

Barranco de Herques 1

La segunda referencia está fechada el 14 de abril de 1522 y en ella se lee:

Licenciado Cristoval de Balcarcel, vecino y regidor. El Barranco que se dice de Las Galletas desde la mar hasta el Ahijadero, con los pozos que el dicho barranco tenéis hechos o quisiéredes hacer para abrevar vuestro ganado e más 150 fanegas de un cabo del dicho barranco hacia la montaña de Asyo y otras 150 del otro cabo, con todas las moradas e asientos para que traigáis vuestros ganados de cabras y ovejas e majadas de ganados e quesos que en ella hay. Digo que vos do las 300 fanegas y el barranco…”

Estos testimonios escritos bien pudieran darnos a entender la existencia de una línea divisoria que partiendo de Punta Rasca hacia la cumbre se limitara con la montaña de Asyo (¿actual Cho?), continuando por los Roques de Jámar y la Centinela hacia los primitivos caminos de Arona, Adexe y cumbre por cerca de Vilaflor.

No obstante este supuesto, y entendiendo que nuestros aborígenes eran muy celosos para guardar sus terrenos, no en vano se produjeron entre ellos muchas rencillas por invasión de terrenos indebidamente, así como por la cabida relativa que reflejan las datas (…”600 fanegadas de buena medida”…) cabe pensar que la linde más occidental del Menceyato de Abona estaría más clara y definida por accidentes geográficos de mayor relevancia como pudiera ser el cauce del barranco del Mencey, incluyéndose en Abona el refugio de Los Cristianos y el Ahijadero (1), zona llana en el actual Valle de Arona.

De todo lo expuesto se puede comcluír que el Menceyato o Reino de Abona sería el más extenso de todos los menceyatos de Tenerife, con una superficie de unos 550 kms2, que ocuparía más o menos el 27,5% del total de la isla y comprendería los terrenos que actualmente ocupan los municipios de Arona, Vilaflor, San Miguel de Abona, Granadilla de Abona, Arico y Fasnia.»

(1) Ahijadero: Lugar limpio situado fuera de coladas volcánicas pedregosas (malpaís), llano y sin barranqueras donde se resguardaban las cabras próximas a parir para que ‘ahijen’ permaneciendo en él hasta que cabra y baifo pudiesen andar con éxito por los canchales siguiendo a la manada… Existen expresivas referencias sobre la habilidad de nuestros antepasados como pastores: “Y para ahijar el ganado, aunque sean mil reses paridas, conocen la cría de cada cuál y se la aplican…”

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