Bajo el lema ‘Innovación para la Equidad’, se acaba de cumplir el 25º aniversario de la ‘Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)’, un tratado que fue aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, que recoge los derechos de la infancia y que fue el primer instrumento internacional que reconoce a los niños y niñas como agentes sociales y como titulares activos de sus propios derechos.
Los 54 artículos que componen la CDN recogen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños y niñas. Su aplicación es obligación de los gobiernos, pero también define las obligaciones y responsabilidades de otros agentes que tienen relación con ellos, como los padres, profesores, profesionales de la salud, investigadores y, como no, los propios niños y niñas.
Aun siendo numerosos los países que poseen leyes que protegen los derechos de la infancia, muchos de ellos no las cumplen. De manera que para los niños y niñas, y en especial para los grupos excluidos o minoritarios, esto significa a menudo vivir en situaciones de pobreza, sin hogar, sin protección jurídica, sin acceso a la educación, en situaciones de abandono o afectados por enfermedades prevenibles, entre otras vulneraciones de sus derechos.
La CDN reconoce claramente el derecho de todos los niños y niñas (menores de 18 años) a un nivel de vida adecuado, lo que implica una nutrición, educación y protección apropiadas. Además, es un tratado jurídicamente vinculante, o lo que es lo mismo, de obligado cumplimiento por los países que lo han aceptado, que al día de hoy son todos los del mundo excepto dos: Somalia y Estados Unidos.
El lema propuesto para este 25º aniversario apunta a la necesidad de impulsar nuevas vías para garantizar los derechos de la infancia y la adolescencia con el objetivo de poder afrontar con garantías los problemas sociales que dificultan su desarrollo. Hace 25 años, con la aprobación de la CDN el mundo hizo una promesa a sus niños y niñas: que haríamos todo lo que estuviera en nuestro poder para proteger y promover sus derechos a sobrevivir, prosperar, aprender y crecer, haciendo que se escuche su voz y posibilitando que se desarrolle su potencial.
En este sentido, en Granadilla de Abona son los Servicios Sociales, a través de su Unidad Técnica de Menores y Familia, los encargados de velar por este compromiso fomentando la mejora de la políticas públicas destinadas a la Infancia. Muestra de ello es el personal y el esfuerzo financiero y social que con la población infanto-juvenil de nuestro municipio se hace desde esta concejalía, que viene ocupándose en contar con los suficientes recursos para garantizar el apoyo y la protección a los niños y las niñas y a sus familias.
Así, desde 1996 se cuenta con el Centro de día Guaydil, un centro público destinado a la convivencia, formación, participación, integración social y protección de los intereses de los menores en pre-riesgo o declarados en situación de riesgo social, que en la actualidad acoge a 36 niños y niñas, pero que a lo largo de estos 18 años han sido centenares los menores que han pasado por este recurso fundamental para la protección de la infancia en nuestro municipio.
Los profesionales que integran el equipo de ‘Apoyo Familiar’ son una trabajadora social y dos educadoras, los cuales juegan un papel fundamental en la atención a las situaciones de marginación de la infancia, encargándose de favorecer la creación de un ambiente idóneo para la normalización de la convivencia y la protección social en el contexto familiar en el que viven. Actualmente tiene una ratio de 300 menores.
También cuenta Servicios Sociales con un equipo de ‘Apoyo a la Familia Especializado’ formado por un psicólogo, una trabajadora social y un educador, siendo su objetivo la atención integral e interdisciplinar a menores y familias en situación de vulnerabilidad o conflicto que requieran de orientación psicosocial, mediación o terapia familiar para su resolución, dando preferencia a la actuación en familias con menores en situación de riesgo. Actualmente atienden a 55 menores en esa situación, siendo su responsabilidad el garantizar la permanencia de estos niños y niñas en su entorno familiar y social.
El Ayuntamiento viene apostando desde hace más de 16 años por los talleres de padres y madres con el objetivo de garantizar el adecuado trato a la infancia a través de los primeros agentes de protección, que son sus padres. En este sentido, Ana Esther Flores Ventura, la concejala de Servicios Sociales, ha dicho: “No trabajaríamos para la equidad si no pusiéramos a disposición de todos los padres y madres espacios de formación, de encuentros de experiencias parentales o talleres para mejorar sus competencias como padre o madre”.