Habiéndole solicitado por nuestra parte su colaboración con este periódico a Emiliano Guillén Rodríguez, nos interesó que ésta lo fuera en torno a la temática relacionada con la historia, la cultura y las tradiciones de Granadilla de Abona, que él tan bien conoce en su calidad de Cronista Oficial del municipio. Así, Emiliano ha respondido a nuestra solicitud
indicándonos que el nombre de sus colaboraciones será “La Pequeña Columna” y, bajo el titular de Apurada Justificación, nos ha propuesto lo siguiente:
“Ofrecer una semblanza histórica del término municipal de Granadilla, desde que de ella se tiene noticia hasta la actualidad, en que se ha transformado en un municipio puntero, atractivo y de moda, no deja de ser un reto importante. Mayor aún lo sería si se tratase de condensarla en el nimio espacio de un folio corriente…Desde que Hernando de Magallanes hiciese estadía en sus costas en la aventura de la vuelta al mundo; pasando por el hallazgo de su primera nominación, cuando se recoge en el expediente producido como consecuencia del largo pleito sostenido por la familia Castilla y la familia García para la posesión de ciertas tierras en Chiñama en los albores de su realidad; la previsible fundación por un puñado de familias portuguesas establecidas en el fértil valle, a efectos de vivir a expensas de los productos que les generase la tierra, complementados con los extraídos de la ganadería estabulada; sin olvidar tampoco la creación de su Parroquia, desmembrada de la de San Pedro de Vilaflor, a la que por largo tiempo perteneció; sin pasar por alto de ningún modo el desgranar de los siglos, o su eterna lucha por desempeñar papeles de relevancia en la historia insular y archipielágica. En cuanto a justicia, comunicaciones terrestres, portuarias y aeroportuarias a las que dedicó, también, buena parte de sus energías, es bueno ahora recordar que siempre, desde que se conoció el aeroplano, estuvo muy en la mente de sus dirigentes el firme deseo de volar; de ahí que por ello se haya acuñado, no sin razón justificada, la frase “La Granadilla siempre quiso volar”. En todo momento abanderó esperanzas de ser tierra de paz y de justicia; no en vano desde los anales de su paleohistoria, cuando por aquí los hechos se registraban en la memoria de los pueblos, sin otro soporte posible, esta hermosa Villa ya se había erigido en reino de “paces”. Reconocida su evidente supremacía en el vivir insular, abogó con éxito por alcanzar la cabecera judicial en esta comarca y aledaños. Hoy, con un notable censo poblacional estante en su generosa demarcación, continúa la lucha, siempre en buena lid, por no perder sus merecimientos tradicionales y por regentar otros a los que los nuevos tiempos diariamente la retan… No obstante, de todo ello hablaremos”.