El cierre del ‘servicio de socorrismo’ ocurrido desde principios del presente mes en las playas de El Médano como consecuencia, según la Concejalía de Seguridad, de haberse vencido el contrato con el personal que lo venía haciendo hasta la fecha, ha provocado la reacción de los usuarios que se muestran intranquilos e inseguros al ver las torres de vigilancia sin personal.
En este sentido, como muestra reproducimos el artículo que sobre el asunto publicó Elena Hernández en La Opinión de Tenerife el pasado día 3 y que, con el título de ‘¿Y ahora quién vigila El Médano?’, decía lo siguiente:
«La bandera azul ya no ondea en la playa de El Médano pero tampoco la verde, la amarilla o la roja. No hay socorristas que icen las tres de advertencia y para el alzamiento de la primera se establece como condición indispensable la existencia de personal de vigilancia. Y es que, desde ayer, en toda la costa de Granadilla de Abona no se presta servicio de socorristas. Las torres de vigilancia están vacías y en el lugar que debería estar el característico salvavidas naranja, un papel pegado anuncia la ausencia del servicio. Y así seguirá hasta que se adjudique el nuevo contrato a la plantilla de socorristas, ya que el anterior se venció hace unos días. Será un proceso que se prolongará, al menos, un mes.
A los que ayer aprovechaban los rayos de sol para remojarse en la playa granadillera les sorprendía no ver banderas, salvavidas ni socorristas. Así lo reconoce la santacrucera Isabel Hernández, que no pierde de vista a su pequeña mientras ésta juega con los cubos y las palas en la orilla. «Tener socorristas es una necesidad, aquí vienen muchas familias con niños y gente mayor que no se quedan tranquilos si no hay personal», señala Hernández. Y es que, aunque viene de la capital, la joven confiesa que ha ido a El Médano desde pequeña. «Conozco esta costa desde niña y aunque no es muy peligrosa sí puede dar algún que otro susto», añade Hernández.
Porque lo que más preocupa a los usuarios de El Médano es la inseguridad de no tener quien vele para que sus baños no se conviertan en una temeridad. El madrileño Daniel Ramos fue socorrista de esta playa hasta 2011 y asegura que sabe muy bien de lo que habla cuando alerta del peligro que supone que no se preste este servicio. «En la Tejita la corriente es muy fuerte, es obligado tener socorristas porque se pueden producir problemas importantes», destaca Ramos. El joven, que se dispone a hincarle el diente al bocadillo que ha preparado para el día de playa, recuerda que cuando trabajaba en El Médano «eran frecuentes los incidentes con windsurfistas».
Ramos confiesa que desconoce la actual situación de la plantilla de socorristas, aunque señala que le han llegado noticias «de que hay algunos contratiempos». «Yo he intentado entrar en otras ocasiones y he puesto varias solicitudes pero por ahora nada», señala el madrileño. No obstante, Ramos saca la cara por sus compañeros y confiesa que «a los socorristas no se les suele hacer mucho caso». «Normalmente la gente ignora sus consejos y después vienen los problemas», puntualiza.
A uno de los colectivos que más les ha indignado la ausencia de socorristas es a los mayores. Entre ellos, Marisa Gómez y su marido, que llevan toda la vida disfrutando de El Médano, apuntan que sin este servicio «puede pasar cualquier cosa». «A la gente de nuestra edad les gusta sentirse seguros, sin socorristas pueden desencadenarse muchos incidentes», señala Gómez mientras se dispone a colocar su sillita plegable en la arena, indicando que los fines de semana la zona se llena hasta la bandera. «Hay turistas, surfistas, windsurfistas… es una obligación tener personal diga lo que diga el Ayuntamiento», concluye.
Y lo que dice el Consistorio local es que esta situación «se solventará de inmediato» ya que se ha dado carácter de urgencia al proceso de adjudicación del nuevo contrato. Según explica el concejal de Medio Ambiente, Jacob Donate, el nuevo contrato ya está en periodo de adjudicación, estimándose que pueda estar operativo en el plazo de un mes. Donate lamenta esta situación, pero aclara que «tras concluirse el contrato, no se puede continuar con la prestación de este servicio de vigilancia por parte del personal que lo hacía hasta la fecha, ya que sería una irregularidad».
No obstante, el edil destaca que el Consistorio está buscando una vía legal para poder contratar a socorristas hasta que salgan los nuevos contratos. «Los técnicos lo están estudiando aunque parece complicado», detalla Donate. Y es que al contrario de lo que las primeras fuentes del Ayuntamiento sureño declararon, asegurando que no tenían obligación de dar servicio de vigilancia en sus playas, el concejal señala que «es obligatorio siempre que sean playas urbanas y más si tienen bandera azul».
Mano dura
No hay socorristas pero si una nueva actualización de la ‘Ordenanza Municipal de Uso y Disfrute de las Playas de Granadilla de Abona’ que se ha puesto en marcha este mes y que prevé sanciones de entre 300 euros para las infracciones más leves, como el uso de aparatos sonoros molestando a los demás usuarios o la práctica de deporte fuera de las zonas autorizadas, y de 3.000 euros las más graves como puede ser el vertido y depósito de materiales que puedan producir contaminación.
Aunque el concejal de Medio Ambiente señala que estas normas «son solo una actualización de las ya existentes y están en vigor en cualquier municipio con costa», entre los usuarios de El Médano la medida no ha caído del todo bien, como a la chicharrera Laura Guerrero, que asegura: «Algunas cuantías son exageradas, es verdad que muchas veces los balones caen donde no tienen que hacerlo, pero considero que cada uno debería ser respetuoso con los demás sin necesidad de infracciones».
Y si los balonazos molestan, de la suciedad no hay ni que hablar. Para el tinerfeño Isaac Ramos, que lleva varios años residiendo en Madrid, “ver colillas en la orilla es asqueroso”. «Toda mi vida he venido a esta playa y lo que menos me gusta es la suciedad. A la gente parece que le da igual dejar bolsas y colillas tiradas. Estamos dando una pésima imagen al turista», apunta Ramos. Al lado, su novia, Lucía Rodríguez, puntualiza que «si nosotros no lo cuidamos quien lo va a hacer».
Y es que una de las principales quejas de los granadilleros y el resto de tinerfeños y turistas que disfrutan de El Médano es el aspecto descuidado que presenta la arena. Rodríguez añade que para tener bandera azul «no está muy limpia» y lo mismo opina Isabel Hernández, quien incluso apunta que «mucha gente estaría dispuesta a limpiarla a cambio de un sueldo».
Pero El Médano también tiene muchas cosas buenas. Para la mayoría, sigue siendo un auténtico paraíso. La tinerfeña Isabel Hernández asegura que lo mejor de esta costa sureña es su lado salvaje. «La esencia de El Médano es que aún mantiene los negocios de toda la vida y que no hay grandes hoteles ni aglomeraciones de turistas. No queremos que esto se convierta en una copia de Los Cristianos o las Américas», reivindica la chicharrera.
Es un espíritu diferente al que se suman las maravillosas vistas desde la arena. Así lo destaca el tinerfeño Isaac Ramos, rodeado de su grupo de amigos. «Es increíble estar aquí sentado y ver a los windsurfistas», subraya. Ni el viento molesta. «Estoy acostumbrado al viento, si no existiera no sería lo mismo, no vendrían los windsurfistas y le quitarías vida a la zona», añade Ramos.
Y como colofón: el ambiente hogareño. Según la santacrucera Laura Guerrero, el mejor de la Isla. «Llevo viniendo muchos años y el ambiente siempre ha sido magnífico. La mayoría es gente de aquí, del pueblo», opina Guerrero. Y es que aunque la llegada de turistas ha masificado algo más la zona en los últimos años, son los de siempre, como Marisa Gómez y su marido, los que siguen eligiendo El Médano para tostarse al sol y darse un buen remojón. «A nosotros nos gusta la playa tranquila, la de los días entre semana como hoy. Pero esto es de todos y hay que compartir», concluyen entre risas.»