Las Jornadas de Tecnificación de Artes Marciales Canarias se celebran cada año con el objetivo de poner en valor sistemas de combate de procedencia aborigen que han llegado hasta nuestros días y actualmente se practican de forma reglada como actividad deportiva.
El Espacio Deportivo M3 en El Médano acogió el pasado mes estas Jornadas correspondientes a 2016 en las especialidades de ‘Garrote Tradicional y Deportivo’, ‘Tolete Tradicional y Policial’, ‘Mano Canaria y Defensa Personal’ y ‘ Lucha del Garrote Adaptada’, además de contar con la celebración de los exámenes de grado para el arbitraje.
Las actividades se iniciaron con un intercambio técnico entre l@s alumn@s de Taekwondo del Gimnasio Taebek y l@s garrotistas de la Federación de Lucha del Garrote Canario, para luego impartir entrenamientos de ambas disciplinas, lo que fue valorado muy positivamente por maestros y alumnos ya que las dos crecen con este tipo de intercambio en el que también participaron l@s alumn@s del ‘Tolete Canario’.
Por la tarde se llevó a cabo una presentación de l@s alumn@s de San Matías (La Laguna) con una nueva propuesta de competición donde se combina el garrote con la esquiva de piedras y el trabajo de equipo, finalizando la Jornada con un entrenamiento de Mano Canaria (Defensa Personal Canaria).
La convivencia entre los diferentes grupos, practicantes y alumnos que se dieron cita en el espacio deportivo facilitado por el Ayuntamiento y la apuesta firme y continua porque los deportes autóctonos estén siempre presentes en el municipio, fueron consideraciones destacadas por el el Concejal de Deportes, Nacho Mendoza, al finalizar la Jornada.
Lucha del Garrote
Es un deporte tradicional canario que proviene de la práctica de combate que utilizaban los pastores aborígenes de las Islas Canarias. Para esta lucha es necesario el uso del ‘garrote’, palo de madera que servía tanto para el combate como para los desplazamientos por el campo y el manejo del ganado. Actualmente se trata de un deporte reglado y se practica en Gran Canaria, Tenerife, La Palma y especialmente en El Hierro.
Se trata de una lucha con la que se intenta vencer al contrario desde una posición cara a cara y con el ‘garrote’ como arma y escudo al mismo tiempo. Se utilizan los extremos, ‘punta’ y ‘regatón’, para defender y atacar y la parte central, denominada ‘burra’, como protección. Estos movimientos se conocen como ‘braceo’ y ‘mudar las manos’.
A estas técnicas hay que sumarles también las ‘trabas’ y ‘zapatas’ con las que se trata de derribar al contrario, por lo que la lucha del garrote se puede considerar un deporte con una gran variedad de técnicas. Los ‘garrotes’ reciben numerosos nombres según la isla (palo, lata, asta, astia, vara, lanza, regatón, vera) y se pueden dividir en tres grupos según el tamaño: ‘corto’, normalmente hasta el hombro; ‘medio’, del tamaño del portador; y ‘largo’, una cuarta por encima de la altura del garrotista.
Historia
Los pastores aborígenes de Canarias eran personas fuertes y con un gran conocimiento de la geografía de su isla. Portaban siempre un ‘garrote’, de tamaño parecido al del mismo portador, que les servía de apoyo para los desplazamientos así como para manejar el ganado. Iban solos, por lo que con frecuencia se podían ver envueltos en luchas con otros pastores que querían utilizar el mismo terreno o pelear por alguna pieza de ganado. También para defenderse de enemigos extranjeros.
Después de la conquista se prohibió a los aborígenes la posesión de armas, pero los pastores conservaron el uso del ‘garrote’ que pasaba de manera desapercibida como palo de apoyo para el pastoreo. Posteriormente se le añadió una puntera de hierro llamada ‘puyón’ o ‘regatón’. Por el carácter aislado de los pastores se pudo conservar de manera clandestina la tradicional técnica de lucha.
A partir de los años 40 del pasado siglo, con el abandono de las zonas rurales comienza el declive de algunas prácticas tradicionales, pero en los años 70 el Maestro Jorge Domínguez Naranjo realiza una investigación exhaustiva basada en entrevistas a pastores de la isla de Gran Canaria y logra recopilar gran parte de las técnicas de esta lucha.
El Tolete Canario
También conocido como ‘Lucha del Tolete’, es un sistema de combate tradicional canario con palo corto. Desde que se tiene conocimiento, los aborígenes canarios ya tenían su tradición de ser grandes guerreros que se enfrentaron a sus conquistadores en una lucha que duró casi cien años para su total reconquista. Pasados los siglos y aunque se prohibió en varias ocasiones, la práctica de luchas en las islas era practicada por sus habitantes de forma clandestina en grupos cerrados.
La palabra ‘Tolete’ significa palo corto y fuerte. Procede del pasado con un contundente sistema de combate (de ahí las expresiones ‘toletazo’ o ‘toletiada’). El arma, de madera, mide desde el hombro a la punta de los dedos y su agarre es central con una sola mano, utilizándose los dos extremos para realizar los continuos ‘molinetes’, ‘lazos’, ‘correderas’…
Los aborígenes canarios tenían en la ganadería su principal fuente de recursos, pero en la costa el peligro proveniente del océano era más evidente para la lucha por el sustento y por la libertad, por lo que se valían de recios troncos de madera (de las llamadas ‘de hierro’ por su dureza) que era preparada con fuego y ungüentos.
Hoy se reconocen multitud de variedades de manejo de ‘Palos’, unos más largos que otros o más o menos gruesos, destacando las técnicas de combate de Lucha con Garrote (un instrumento de palo recio y tan alto como pueda ser una persona, usado en el pastoreo y como regatones para cruzar rápidos los barrancos) y de Lucha con Tolete (trozo de palo grueso endurecido de aproximadamente medio metro de largo, que usaban para espolear a las bestias por las veredas). Ambos tipos de ‘palos’ tenían además otra finalidad que, en función de las necesidades, podía convertirse en la principal, pues en cualquier momento servían también para redimir alguna que otra diferencia con el vecino o para desembarazarse de asaltantes de caminos.
Los antiguos habitantes de Canarias, debido a sus continuos enfrentamientos tribales por pastos o por ganado, perfeccionaron las técnicas originales y primigenias de cada ‘palo’ en función de su tamaño, grosor y objetivos, que desarrollaron con el transcurso de los siglos y los constantes reajustes de sus destrezas en los combates contra piratas, bucaneros y presuntos conquistadores que venían a expoliar las islas.
Comentan las crónicas anteriores a la conquista que, ante la presencia de un barco en el horizonte, los guanches bajaban de los riscos y cañadas y esperaban al invasor a pie de playa portando sus garrotes largos y cortos, para allí combatir hasta la muerte o hasta la retirada de los atacantes.
Tras la conquista del archipiélago canario las islas se colonizaron y las nuevas autoridades, conociendo la destreza de los pobladores autóctonos en el arte de la lucha con palos, terminaron prohibiendo el uso de éstos. Lo que se comprende “por la sorprendente agilidad que tenían los canarios en el manejo de un palo fuerte y de técnicas muy contundentes que producían efectos desbastadores”, según lo reflejan las crónicas de la época.
Un laborioso trabajo de más de 30 años
El mencionado Maestro Jorge Domínguez Naranjo descubrió que aun vivían ancianos en las islas que conocían diversas técnicas ejecutadas con Tolete y con Garrote, aprendiendo cada técnica de éstos tomando nota y dejando constancia de todo su quehacer. Muchas eran las pistas que le indicaban que los canarios emigrados a Cuba en los inicios del siglo XIX también se llevaron el arte de las luchas con ‘palos’, por lo que no dudó en desplazarse a la isla caribeña con la ayuda económica del Gobierno de Canarias, donde encuentra numerosos testimonios de la existencia del ‘Tolete’ no sólo en la memoria de los más ancianos, sino que la tradición del ‘combate con Tolete’ aun persiste dentro las familias canarias descendientes de los primeros emigrantes.