La ‘roseta’ y la ‘cestería tradicional’ de Tenerife, pertenecientes al Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife, cobran especial protagonismo en Granadilla de Abona hasta el próximo 17 de junio en que permanece a disposición del público la exposición que acoge el Museo de Historia de Granadilla de Abona, según una iniciativa de la Concejalía de Cultura que cuenta con la colaboración del Cabildo Insular cuya inauguración tuvo lugar el pasado 27 de mayo por parte del Alcalde, la concejal de Cultura y Fiestas y la directora de Desarrollo Socieconómico del Cabildo de Tenerife.
«Esta muestra, como parte de la programación cultural que está enmarcada en esta ocasión en las Fiestas Mayores, nos permite conocer labores y técnicas ancestrales de nuestras islas que son parte de nuestro patrimonio cultural y nuestras tradiciones transmitidas de generación en generación”, señala el Alcalde, mientras por su parte la concejal de Cultura anima a la población a visitar esta interesante exposición que “pone en valor y da a conocer la belleza de una actividad artesanal que forma parte de nuestra cultura canaria”.
Era común en Tenerife la utilización de recipientes de cestería para la plantación y recolección del cultivo de cereales, papas, frutas y vendimia. Confeccionados con diferentes materiales (madera rajada de castaño, mimbre, caña, y otras fibras vegetales) según la flora de la zona, se elaboraban las ‘cestas’ que se relacionaban con las tareas de siembra, recolección, transporte y venta del producto, mientras que los ‘cestos’ se asociaban con las labores estrictamente femeninas.
Tanto la ‘cestería’ como la alfarería tradicional Canaria es resultado de la herencia aborigen y de la aportación de un amplio mosaico de pueblos que arriban a nuestras costas en el momento de la Conquista y posterior Colonización de las Islas. Surge así un abanico de objetos realizados con procesos artesanos que han ido adquiriendo identidad propia con el paso del tiempo y que, asociados a una realidad concreta de nuestras islas, es un fiel reflejo de su idiosincrasia.
La ‘cestería’ en Canarias se confecciona desde los primeros momentos de la Colonización y, aunque el nivel alcanzado por las poblaciones indígenas en el trabajo sobre fibras vegetales fue excelente en función de los restos arqueológicos encontrados, sin embargo este oficio artesano tiene su asociación técnica más directa con las poblaciones de colonos peninsulares con menos recursos: portugueses, gallegos y extremeños.
Los productos de la ‘cestería’ son muy variados: cestas para recoger las papas, cestas pedreras, raposas, canastas, bandejas de ropa, y también es común forrar las botellas y garrafones. La funcionalidad de estos objetos se asocia a las tareas de transporte, dentro del ámbito rural, agrícola y doméstico. Actualmente queda muy poca industria cestera dado el abandono progresivo de la economía basada en la agricultura y la ganadería, sectores que más demandaban estos artículos.
Respecto a la ‘roseta’, ésta forma parte de una de las manifestaciones más antiguas del arte textil de Tenerife que aún hoy se conserva vigente y se sigue trabajando con las mismas características que en el pasado. Fue a finales del siglo XIX cuando la ‘roseta’ pasó de ser una actividad para consumo familiar a convertirse en una industria que, junto con el ‘calado’, empleaba numerosa mano de obra.
Fueron las Casas Comerciales extranjeras, asentadas en el Puerto de las Cruz, las responsables de su exportación para satisfacer la creciente demanda del mercado europeo y norteamericano.
La técnica de la ‘roseta’ salió de la isla rumbo a otros países de la mano de los emigrantes, donde se asentó y se convirtió en parte de su patrimonio cultural. Así, Argentina, Bolivia, Brasil, México, Paraguay, Puerto Rico, Venezuela, Estados Unidos (Luisiana y Texas), Filipinas y Croacia son también productores de ‘rosetas’ y, aunque le hayan cambiado el nombre y los motivos sean propios de la zona, sin embargo la técnica es la misma con diferentes variantes de soportes.
El conocimiento y la técnica de la ‘roseta’ se transmitió de una generación a otra, lo que permitió que la producción se concentrara en determinados lugares, como ocurre en la actualidad en Vilaflor donde existe un pequeño grupo de artesanas de edad avanzada y, en menor medida, en San Miguel de Abona, Granadilla de Abona, Arona, La Laguna y La Orotava.
La exposición que, como señalamos, cuenta con la colaboración del Museo de Artesanía Iberoamericana de Tenerife y el Cabildo Insular y está abierta hasta el 17 de junio, se puede visitar de lunes a viernes en horario de 9:00 a 14:00 horas.