La planta desaladora que el Cabildo construye en nuestro municipio y que cuenta con un presupuesto de 17,5 millones de euros, podría estar ya en funcionamiento a principios del próximo año para abastecer a las zonas costeras comprendidas entre Arico y Arona.
Esta infraestructura, junto a otra similar que está también en construcción en Guía de Isora, «permitirá abastecer de agua desalada a todo el sur de la Isla, desde los túneles de Güímar hasta Los Gigantes», según declaraciones del presidente del Cabildo, quien destacó que “una vez que entre en funcionamiento se podrán liberar más recursos hídricos para uso agrícola».
La desaladora generará unos 14.000 metros cúbicos de agua al día, cantidad que podrá ampliarse a 21.000 metros cúbicos en una segunda fase y que podría llegar hasta los 42.000 metros cúbicos en el futuro.
Estas obras se complementan con las que se están realizando en la depuradora Adeje-Arona para la reutilización de aguas regeneradas para la agricultura, lo que permitirá liberar agua para este mismo uso en las zonas de medianías.
La entrada en funcionamiento de las dos nuevas desaladoras de Granadilla de Abona y de Guía de Isora a partir del próximo año permitirá cubrir la demanda de agua de las zonas turísticas del Sur. En este sentido, el consejero insular con delegación especial en Aguas, Manuel Martínez, indicó que la explotación de ambas infraestructuras, junto a la de Adeje-Arona, permitirá dar garantías a los consumidores porque en el caso de que disminuya el suministro procedente de las galerías se podrá aumentar la producción sin problema, además de que ayudará a regular los precios del mercado.
La inversión total de ambas infraestructuras alcanza la cantidad de 24 millones de euros y, aunque la previsión del Cabildo es que estén listas a principios del próximo año, posteriormente tendrán que estar sometidas a un periodo de prueba de un año.
El consejero señaló que en la desaladora de Adeje-Arona se han llevado a cabo unas obras para mejorar la eficiencia energética con el objetivo de que el producto final sea más barato, de manera que de acuerdo a los datos que hasta el momento se disponen, el coste estimado sería de 0,60 céntimos por metro cúbico frente a otras que, como la de El Rosario, está en los 0,93 céntimos.
A partir de estas cifras y al entrar un nuevo competidor en el mercado, eso permite regular el precio, según especifica el consejero, que recuerda que “al ser privada la explotación del agua en la Isla, la única manera de regular el mercado es que la administración se convierta en productor». De hecho, asegura que las acciones llevadas a cabo por el Consejo Insular de Aguas, organismo dependiente del Cabildo, ya han dado como resultado esa reducción de los costes.
Al tratarse de un mercado «libre» se producen situaciones como la que tuvo lugar el pasado verano en la que, al aumentar el turismo durante este periodo, las zonas del Sur demandaban mucha cantidad de agua, de manera que los propietarios privados de las instalaciones optaron por venderla ahí en vez de a otros municipios también necesitados pero sin esa afluencia de visitantes.
Según los datos de que dispone el responsable insular, al subir el consumo un 5% en esas zonas del Sur, eso “causó problemas porque hubo un momento de puntas de agua, pero sobre todo porque habíamos parado una línea de la desaladora de Adeje – Arona para hacerla más eficiente y la capacidad había disminuido». También indicó el consejero que “al ser las galerías las que establecen que hay que comprar la misma cantidad de suministro durante todo el año la uses o no, cuando llega el invierno hay que tirarla, pero sin embargo luego te hace falta en verano, lo que supone que estés ‘a disposición’ de ellos, de que te la den o no porque son los que la distribuyen». Así que, ante este funcionamiento, como institución pública «te quedas a expensas de ellos».
Él mismo asegura haberlo sufrido cuando era responsable del suministro de agua en el municipio de El Rosario, llegando incluso a “tener que cortar el agua para poderla administrar porque no me daban más y no tenía posibilidad de pedirla porque decían que no había más en el mercado y tenía que ajustarme a la contratada por un año». Así las cosas, dice, “son los propietarios de las galerías los que ‘juegan con la oferta y la demanda’, de forma que deciden a quién venderle el suministro a cambio de pagar un precio mayor”.
“Con la entrada en funcionamiento de las desaladoras de Granadilla y Guía de Isora se regularía más el mercado porque estas instalaciones podrían asumir la demanda de las zonas turísticas del Sur hasta el punto de que, en caso de que bajen los niveles de las producciones subterráneas, éstas se podrían aumentar al estar operativas las tres infraestructuras”, aseguró Manuel Martínez.
LAS CRÍTICAS DE LA CÁMARA INSULAR DE AGUAS
Respecto a las recientes críticas de la Cámara Insular de Aguas de Tenerife (que aglutina a los propietarios privados) al considerar que la desalación no es el recurso más eficaz para obtener agua, el consejero insular defiende que antes de crear más explotaciones de este tipo es necesario mejorar la red de rendimiento de los municipios, ya que «no podemos perder agua por el camino, pues de hecho hay casos en los que se pierde el 50% del suministro a pesar de que es un bien ‘muy preciado’, por tanto hay que tener sistemas eficientes».
Ante esta situación, Manuel Martínez manifiesta que uno de sus objetivos es poner en la agenda política de los Ayuntamientos la mejora de los sistemas de suministro y, aunque se muestra respetuoso con la opinión de la Cámara Insular de Aguas que agrupa a 30.000 accionistas que manejan el 88% del agua que se consume en la Isla, dice que entiende su postura porque el agua de galería compite con la desalada, pero que cree que eso es compatible y necesario.