Por: Jennifer Miranda Barrera (concejal y candidata del PSOE a la Alcaldía de Granadilla de Abona)
La moción de censura presentada en septiembre de 2016, convenientemente aliñada con promesas de cambio y transformación para Granadilla de Abona, dio inicio a un pacto de gobierno que en este 2022 cumple seis años sin que nada haga presagiar que ese cambio tan anunciado se vaya a producir. Muy al contrario, Coalición Canaria y Partido Popular han embarcado al municipio en una travesía por el desierto, sin mayores avances que los de la propia inercia de la administración.
Sólo hay que salir a la calle para verlo: El estado general de Granadilla de Abona es de abandono. No existe planificación ni hoja de ruta. La improvisación como forma de gobernar nos deja un municipio lleno de parches con un equipo de gobierno sin criterio propio que más que actuar reacciona a medida que las quejas ciudadanas se acumulan, sobre todo a través de las redes sociales.
Aun con todo ello, Granadilla sigue prestando los servicios básicos que ofrece cualquier otro municipio, como recogida de basuras y limpieza viaria, becas, concesión de permisos, suministro de agua, campañas comerciales y un largo etcétera. Aunque para eso no hacen falta un alcalde y 10 concejales, por mucho que éstos se esfuercen en presentar la normalidad como un éxito.
En política lo que no son ‘cuentas’, son ‘cuentos’; solo hay que ver el porcentaje de ejecución del capítulo de inversiones en cada uno de los presupuestos que se han ido aprobando los últimos años. Apenas alcanza el 30%. Es decir, que de cada diez cosas que prometen apenas logran cumplir con tres.
Y esto, evidentemente, tiene consecuencias. La época del crecimiento constante y de las grandes infraestructuras hace tiempo que quedó atrás. Ahora las preguntas que deben contestar los gobiernos tienen que ver con la forma en la que nos movemos, con la sostenibilidad de nuestros pueblos y ciudades, su accesibilidad y la adaptación de nuestra economía local a un mundo hiperconectado donde un joven de El Salto o de Los Blanquitos puede comprar desde el propio ordenador de su casa algo que venden en la otra punta del planeta.
Pero no hay que perder la perspectiva. Es imposible afrontar los retos del futuro cuando eres incapaz de afrontar los problemas del presente.
Las becas salen cada año, pero siguen llegando a quienes las reciben con el curso ya empezado y dejando fuera a nuestros universitarios o estudiantes de formación profesional. Las campañas comerciales son las mismas de siempre (concurso de escaparates o sorteos) y en las mismas fechas de siempre: Navidad, San Valentín o Rebajas. Además, la famosa ‘Ruta de la Tapa’ hace años que dejó de celebrarse porque cada vez son menos los bares y restaurantes que se inscriben, aburridos de repetir cada año lo mismo.
Basada en el tradicional binomio cumbre-costa, la promoción turística de Granadilla no ha cambiado en 15 años, perdiendo sin embargo por el camino la ‘Certificación Starlight’. El estado de los senderos rurales es lamentable, estando siempre a la espera del convenio de turno para su arreglo, permaneciendo el resto del año en un estado de completo abandono.
La situación de nuestras plazas y parques es de total dejación, tardando meses en sustituir algo tan simple como un columpio. Y lo mismo pasa con la recogida de enseres domésticos, los cuales llegan a acumularse durante semanas al lado de los contenedores.
En política no se gobierna por el simple hecho de gobernar. No es un ‘quítate tú para ponerme yo’, no. En política se gobierna para algo, se gobierna para cambiar la vida de la gente, para mejorar el lugar en el que vives, para dejar un municipio mejor que el que encontraste.
En Granadilla, cada idea, cada propuesta, cada iniciativa de cambio o mejora choca con el rechazo frontal de un gobierno municipal que se encuentra cómodo en el no-gobierno, en la no toma de decisiones, hasta el punto de que los debates en el Pleno Municipal se han convertido en una sucesión continua de excusas donde, al parecer, son los técnicos quienes deciden qué se hace y qué no. Ellos, el gobierno, no deciden nada; eso sí, sin embargo salen en todas las fotos.
DOS ÚNICOS PROYECTOS EN SEIS AÑOS
Actualmente Son dos únicos los proyectos en los que el gobierno ha volcado todos sus esfuerzos en los seis años que llevan gobernando: la ‘Sala Velatorio del Casco de Granadilla’ y el ‘asfaltado de calles’.
De especial relevancia es la situación del Casco. Al igual que otros muchos cascos históricos ubicados en las medianías del Sur de Tenerife, éste fue perdiendo fuerza con el paso del tiempo como consecuencia del trasvase desde la carretera vieja hacia la autopista, lo que obligó a los pueblos de medianías a reinventarse. Y no todos lo han hecho de la misma manera.
San Miguel, por ejemplo, ha logrado combinar el crecimiento de Llano del Camello y Las Chafiras con la vitalidad económica de su Casco. Y todo ello sin tener juzgados, ni Oficina de Empleo, ni de Seguridad Social. Su apuesta por una Zona Comercial Abierta ha sido clara, sacrificando aparcamientos en beneficio de espacio para terrazas, cuidando de su entorno, sus jardines, sus aceras y logrando atraer inversión y consumo.
Nuestro Casco tiene mucho margen de mejora. En primer lugar se hace necesaria una actuación urbanística que transforme Granadilla Casco en lo que realmente puede ser: un lugar histórico. Ampliando las aceras, peatonalizando partes del centro, manteniendo y dignificando los edificios históricos y emprendiendo un plan de embellecimiento para que sea atractivo establecerse en él.
Cada vez son más los ciudadanos que exigen pueblos por los que poder pasear. Eso implica reordenar la circulación de vehículos en las zonas históricas, instalando aparcamientos disuasorios en las entradas y los laterales del Casco en este caso, creando un verdadero centro histórico atractivo para los vecinos, para los empresarios y para quienes lo visitan.
Pero ante estos retos, la única actuación de Coalición Canaria para nuestro Casco es una ‘Sala Velatorio’. Supongo que llevan tanto tiempo repitiendo la cantinela de ‘que el casco se muere’ que lo único que se les ha ocurrido para sus ciudadanos es hacerles una Sala Velatorio.
El segundo gran proyecto de CC y PP para Granadilla es el ‘asfalto’. Hay que reconocer que en pleno Siglo XXI hacer del asfaltado de calles un proyecto estrella es, cuanto menos, audaz.
Asfalto para San Isidro, asfalto para Los Abrigos, asfalto para El Médano, asfalto para Chimiche, asfalto para las medianías… Sin embargo, nada se sabe de zonas verdes, ni de parques, ni de plazas, ni de jardines, ni de zonas deportivas o culturales, ni de centros juveniles ni para mayores. Solo ‘asfalto’.
En los últimos seis años en Granadilla no hay una sola infraestructura cultural, deportiva o social que no estuviese ya con anterioridad. De hecho, algunas incluso han desaparecido como es el caso del Hogar Funcional Rodolfo Campos en Chimiche, cuyo cierre obligó a los usuarios a ser repartidos por toda la isla aunque con la promesa de regresar una vez construido el nuevo centro que, a día de hoy, ni está ni se le espera. O en otro sentido lo que ha pasado con la Casa de la Cultura de Charco del Pino, que lleva años cerrada y sin actividad.
Mientras otros municipios como San Miguel o Arona avanzan, atraen inversión y generan economía modernizándose a través de mayores dotaciones y servicios, sin embargo Granadilla de Abona solo asfalta calles. Nada más.
SOPOR Y HASTÍO
Granadilla está sumida en ‘el sopor y el hastío’. En el estancamiento fruto de un gobierno cuya única razón de ser se basa en gobernar ellos para que simplemente no gobiernen otros, con la esperanza de que, en 2023, cuadren los números del pacto y sigan sobreviviendo.
Creo sinceramente que eso es lo que quieren: Que nos cansemos, que nos aburramos, que aceptemos la realidad actual como algo inevitable, que no puede ser cambiado. Y en política no se está para aceptar las cosas que no puedes cambiar, sino para cambiar las cosas que no puedes aceptar.
La política, la de verdad, la política útil y comprometida está para transformar, para mejorar la vida de la gente y de los pueblos. Paso a paso, día a día. Con ganas y valentía, afrontando los problemas de hoy con la vista puesta en el mañana.
Humildemente es lo que propongo para mi municipio, para mis vecinos. Una Granadilla habitable y moderna, más sostenible, inclusiva y accesible, justa con todos sus pueblos y núcleos, que atraiga inversión y genere economía. Una Granadilla que cada día sea un poquito mejor y que afronte de manera valiente, y sin excusas, lo que los ciudadanos esperan para un municipio del Siglo XXI.