Quiero hablar de un asunto que, aunque directamente no tenga nada que ver con Granadilla de Abona, sin embargo sí que es común a la ‘política’ allí donde ésta se mueve más por intereses partidistas y personales que por los generales de la ciudadanía, y esto vale para cualquier ámbito territorial, ya sea el local, el autonómico o el nacional. Tal es el caso del que me voy a ocupar y que por tanto es trasladable a cualquiera de los ámbitos mencionados, del que también l@s granadiller@s debemos tomar nota por las diferentes interpretaciones de lo que ha pasado en las recientes elecciones municipales o lo que pueda pasar en el futuro dada la precaria relación de fuerzas existentes en el Ayuntamiento, sin ninguna mayoría cualificada.
En este caso me quiero referir a la pugna de intereses entre Artur Mas y Mariano Rajoy o viceversa, que mantiene abierta la incertidumbre como nunca sobre la concreción de las fechas de las elecciones autonómicas catalanas y las generales a Cortes en España, que aunque se dice para las catalanas que serán el 27 de septiembre aún no se han convocado oficialmente y por tanto podría no ser así.
En Cataluña, aún más que en el resto del Estado, el panorama se presenta diferentemente incierto por la aceleración de cambios habidos en estos 3 años de legislatura autonómica, en los que se plantea como nunca la lucha entre dos frentes opuestos.
Uno independentista, que reúne a Ezquerra Republicana (ER) y a Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) tras la separación de ésta de Unión Democrática de Cataluña (UDC) de Durán y Lleida, además de a varias plataformas ciudadanas por la independencia, incluyendo en la cabecera de la lista unitaria a representantes de estas plataformas y, en primer lugar, al ex-eurodiputado de Iniciativa per Cataluña Raúl Romeva, que recuerda algo a la imagen del famoso ex-ministro griego Varufaquis.
Sin embargo, la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), otro partido independentista catalán con representación en el parlamento autonómico, se presentará a las elecciones por su cuenta y de manera diferenciada, cuestión que hará restar posibilidades a las opciones independentistas para obtener un resultado en escaños mayoritario.
El otro bloque, el estatalista, con el PSOE, el PP, Ciutadans, Unió Democrática de Cataluña y la plataforma unitaria formada por Podemos, Iniciativa per Cataluña y Los Verdes, que en Cataluña parece que si irán juntos a diferencia de lo que Pablo Iglesias está dispuesto para el resto del Estado. Algunas de estas opciones son españolistas unitarias y otras federalistas, pero siempre dentro del Estado Español.
A fecha de hoy el bloque independentista pierde su mayoría anterior en los sondeos de opinión e intención de voto, a causa de la división de Convergencia i Unió además de por el auge de Podemos y de Ciutadans (o Ciudadanos, para entendernos mejor en castellano), que son los dos partidos estatales claramente en auge en el Estado y más aún en Cataluña, frente al descenso en esa comunidad de los otros partidos clásicos estatalistas: PP, PSOE e Iniciativa por Cataluña (que se salvará de una debacle al ir junto a Podemos y otros formando una plataforma unitaria de izquierda renovadora y estatalista).
Podemos y Ciudadanos han acaparado a fecha de hoy el voto de protesta contra el hastío hacia los desmanes o el estancamiento anodino de los partidos clásicos, pero lo harán aún más en las próximas elecciones porque la tendencia hacia el “cambio” continúa y porque Ciudadanos nació en Cataluña y Podemos va en la plataforma amplia que triunfó en Barcelona.
Esta plataforma mantiene sus expectativas entre el electorado de izquierda, pero también arrebatando votos a Ezquerra Republicana, consiguiendo con ello debilitar el voto independentista y movilizar a algunos abstencionistas anteriores ‘ilusionados’ por un cambio.
Mientras, Ciudadanos (que ya cuenta con cierto apoyo en su comunidad de origen) restará apoyos principalmente al PP (que casi desaparecería, quedando como testimonial), pero también al PSOE, a Unió, a la propia Convergencia y por supuesto a UPyD, que posiblemente se quedará fuera de la cámara autonómica.
Visto así el panorama y contando con que Mariano Rajoy tiene que convocar elecciones generales antes de acabar este año 2015, le interesaría que éstas coincidieran con la autonómicas catalanas porque si el PP se va a dar presumiblemente el “gran batacazo” en las de Cataluña, no le interesará dar una imagen nefasta y de derrota para sus intereses partidistas a escasos dos meses antes de las elecciones generales, pues eso afectaría muy negativamente a la imagen del PP en el resto de España, restándole diputados y senadores en las generales e impidiéndole no solo gobernar sino posibilitando que los resultados de Ciudadanos fuesen espectaculares a pesar de estar partiendo de cero en el ámbito nacional, lo que los haría consolidarse como un rival fuerte de futuro en el “centro o derecha” político del país.
Por eso es que a Rajoy le interesa que Artur Mas concrete su propuesta de celebrar elecciones autonómicas el 27 de septiembre y la haga oficial con la firma de la convocatoria. De ser así, Rajoy haría coincidir las elecciones generales a Cortes con las autonómicas catalanas para diluir un más que seguro pésimo resultado del PP en esa comunidad autónoma, sin tiempo a influir negativamente en el resto de comunidades del Estado.
Sin embargo, a Artur Mas le interesa separar las elecciones autonómicas de las generales para no diluir, sino potenciar, el debate independentista que propugna, pues tiene que hacer fuerte su propuesta en clave interna catalana. Por tanto, si Mas convocara las elecciones para este año 2015, Rajoy se las pisaría con la convocatoria de las generales; pero si Mas aplaza la convocatoria a 2016, cogería a contrapié a Rajoy que se vería obligado a convocar las generales en 2015 con el mismo pésimo resultado para el PP en Cataluña independientemente de a quien éstos presenten de cabecera de lista, lo que podría reforzar las posturas independentistas a posteriori en las elecciones catalanas de 2016.
¿Quién convocará primero las elecciones, Mas en Cataluña o Rajoy en el Estado?. Ésta es la incógnita del verano, pues para que se puedan celebrar las autonómicas catalanas el 27 de septiembre Mas tendría que firmar el decreto de convocatoria antes del 3 de agosto. Sin embargo, Rajoy se verá obligado a mover ficha en otoño, pues se acaba oficialmente su legislatura.
Por esto el PP ya la está moviendo con la rebaja retroactiva del IRPF al 1 de julio, o con el adelanto de la aprobación de la Ley General de Presupuestos para 2016, esperando que le sirva de escaparate para sus promesas publicitarias y electorales, como lo es también la tímida descongelación de salarios a los funcionarios (que siempre habrá quien necesite creer en ellas, aunque luego las incumplan), intentando así frenar la caída del PP y revertir las tendencias electorales.
Rajoy se quiere asegurar de paso la iniciativa de marcar los tiempos y estrategias de futuro, dejando bien amarrado a su favor la composición del Tribunal Constitucional por si Mas lo intenta coger por sorpresa con la convocatoria oficial de elecciones autonómicas anticipadas y sin tiempo para reaccionar.
Mientras todas estas cuestiones se van aclarando, seguiremos atentos a los movimientos en Europa frente a Grecia, pues aunque parezca que el país heleno está lejos también influirá el resultado de sus negociaciones con la UE en clave interna española y viceversa, ya que si se celebran pronto las elecciones generales en España con resultados importantes para Podemos y/o sus plataformas de convergencia, esto podría influir en el ámbito de las negociaciones entre la Unión Europea y Grecia.
El panorama está entretenido…, pero nos jugamos todos los espectadores y electores desde la grada mucho más que un tiempo de entretenimiento. Esperemos y deseamos que el resultado sea el más beneficioso para la gran mayoría y especialmente para los más necesitados de justicia social y solidaridad.
Sergio Afonso Díaz
(Profesor de Secundaria –Administración de Empresas)