Con una tasa de 15,87 por cada 10.000 mujeres, Canarias fue la tercera Comunidad Autónoma con más incidencia en denuncias por violencia de género en el primer trimestre del año, solo por detrás de Baleares y Valencia, según datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género publicados el pasado viernes día 20. En nuestra Comunidad, según las deducciones de ese estudio, se registraron 1.677 denuncias, un 2,8% menos que en el mismo periodo del año anterior y, de ellas, hubo 242 que fueron retiradas, con una ratio del 14,43%.
En cuanto desvela la ruptura con los miedos tradicionales y contiene que la mujer canaria ha ganado en determinación y valentía para formular su denuncia contra los maltratadores, esta parte de la estadística fue valorada satisfactoriamente por Miguel Ángel Pérez, consejero de Igualdad, Juventud y Educación del Cabildo Insular de Tenerife, durante el programa especial de “Onda Tenerife” que compartí con mi amigo Román Luis de Borges en la mañana del pasado sábado día 21, en la plaza de El Médano, con motivo de la celebración del “III Encuentro Comarcal del Sur por la Igualdad de Género”.
En ese mismo escenario y en esa misma red municipal, considerados “paradigmáticos” por la directora del Instituto Canario de Igualdad, Elena Máñez, se oyeron voces especialmente críticas con los efectos inmediatos de la llamada Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que dificultarán las posibilidades de las instituciones tradicionalmente más cercanas a los vecinos, los ayuntamientos, para seguir ejecutando políticas de igualdad.
En el mismo escenario, compartido por nueve municipios sureños con el Cabildo Insular de Tenerife y el Gobierno de Canarias, se denunciaron los recortes presupuestarios producidos en un plazo de dos años en materia de igualdad, que alcanzan ya un 47 por ciento, así como en los programas para la prevención de la violencia machista, que ya van por un 30 ciento.
Durante el “III Encuentro Comarcal del Sur por la Igualdad” se deslizaron otros detalles estadísticos que se refieren a la desigualdad en el mercado laboral y la existencia de una brecha salarial de un 23% entre hombres y mujeres, lo que quiere decir, entre otras cosas y según lo indica un estudio de UGT publicado en “El Mundo”, que una mujer tiene que trabajar 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre.
La reflexión global del secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, cobra –en este escenario- una relevancia especial: “…Los países en los que hay más igualdad de género experimentan un mayor crecimiento económico… Los acuerdos de paz que incluyen a las mujeres son más duraderos… Los parlamentos en los que hay más mujeres aprueban más leyes sobre cuestiones sociales clave como la salud, la educación, la lucha contra la discriminación y la manutención de los niños… Las pruebas no dejan lugar a dudas: la igualdad de la mujer supone progresos para todos…”
Lo ha dicho, con estadísticas y pruebas en mano, el secretario general de la ONU, y se recordó durante el “III Encuentro Comarcal del Sur por la Igualdad de Género”, celebrado en El Médano, una lección de unidad sureña que –en defensa de un objetivo básico- sobrevive y trasciende, ejemplarmente, a las propias siglas políticas.