Desde que en 2006 la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunciara el inicio del expediente para proceder a la demolición del Hotel Médano, su futuro se ha estado cuestionando y se muestra incierto al contemplarse aún esa posibilidad. En ese sentido, el periódico EL DÍA sin embargo se mostraba optimista con el hecho de que el hotel se salve del derribo en un artículo que, publicado el pasado 8 de enero con el titular ‘La salvación del hotel estaba en Granadilla’, decía:
« Forma parte del paisaje del sur de Tenerife desde que alcanza la memoria de las últimas generaciones y es una referencia de la llegada y el desarrollo turístico de la comarca y de la Isla. El domingo 6 de octubre de 1963, su promotor, Francisco García Feo, decía a través de EL DÍA que la idea era una: «Crear un centro turístico, un complejo que sea, en un mañana no lejano, el mejor del Archipiélago. Si Dios nos ha donado este mar, estas playas, lo único que tenemos que hacer los hombres es acondicionar el medio ambiente. Eso he intentado yo. Al menos creo haber señalado el camino para muchos».
En la construcción del primer hotel de Granadilla de Abona emplearon cinco años e invirtieron 22 millones de pesetas (menos de 133.000 euros) de finales de los 50 y principios de los 60 del siglo pasado. «Cara al mar y en el mar, prácticamente», escribía el cronista de la época, resiste hoy este recinto remozado en su más de medio siglo de existencia. Lo hace frente a la Dirección General de la Sostenibilidad y el Mar, que reclama una demolición parcial por la recuperación del espacio de dominio público marítimo-terrestre.
Ramiro Cuende, arquitecto y vecino de El Médano, promovió la declaración de este inmueble como Bien de Interés Arquitectónico Municipal. Aprobado por el Pleno del Ayuntamiento de Granadilla de Abona por la vía de una moción institucional, el estudio pormenorizado que sustenta este acuerdo constata que es un «reconocimiento arquitectónico e histórico a un símbolo (…) en lo que a desarrollo económico, iconográfico y social ha aportado este edificio».
Respaldado por «destacadas autoridades académicas en la materia», se trata de impedir la demolición, ni siquiera parcial, de esta edificación. En abril de 2006, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, anunció el inicio del expediente para tal demolición por la caducidad de la concesión con que cuenta el establecimiento. Ocurrió en pleno proceso para el derribo del poblado marinero de Cho Vito (Candelaria), materializado dos años después. El movimiento social y político local y la defensa jurídica de la propiedad mantienen este inmueble en pie.
Fue levantado sobre los restos de un empaquetado que tenía en el lugar su promotor, Francisco García, quien en 1958 solicitó una concesión administrativa para ocupar nuevos terrenos de dominio público a tal fin. Está edificado sobre dos parcelas que suman 872 metros cuadrados.
La realidad jurídica señala que el Tribunal Supremo considera que la construcción incurre en una ilegalidad y tiene la concesión caducada. El paso dado por las autoridades municipales es una vía urgente para su salvación. »