(…Continuación)
El 28 de diciembre de 2015, el criminólogo Félix Ríos ya publicó en su blog cronicadelcrimen.blogspot.com un perfil provisional del caso del secuestro y asesinato de Raimundo Toledo cuando aún el secreto del sumario se encontraba vigente, y que una vez se levantó éste “ha resultado acertado parece ser que al completo”, según aseguró su autor.
Así, el criminólogo indicó en su blog refiriéndose a los hechos: «…nos encontraríamos probablemente con dos hombres con experiencia y confianza en el enfrentamiento físico y la amenaza, con algún contacto familiar o muy cercano a la víctima, que sirvió de gancho y/o informador, en un crimen ocasionado por una situación que se sale del plan establecido inicialmente, y donde el móvil económico, y posiblemente personal, hizo obrar a los autores con un exceso de celo y confianza, que por alguna extraña circunstancia se vio truncado, obligándolos a mal-improvisar en lo que en criminología llamamos la situación post-delictual…».
Una vez se esclareció el caso, Félix Ríos llamó la atención sobre el hecho que los implicados han resultado ser «dos varones, ayudados intelectualmente por, al menos, una mujer, la pareja del sobrino, y como posible móvil del crimen la obtención de un dinero posiblemente derivado de posible venta de un terreno de la sociedad conformada por la víctima, sus hijos y sobrino». En fin, que el criminólogo acertó en su diagnóstico según lo que publicó el 28 de diciembre.
El contenido de lo publicado por Félix Ríos en su blog (presentado como ‘Blog del criminólogo Félix Ríos, sobre sucesos, investigación científica y la actualidad del mundo criminal’), que titula ‘El asesinato de Raimundo Toledo. Análisis provisional de un crimen‘ y que subtitula ‘Analizando las hipótesis de partida del posible homicidio del empresario sureño, ocurrido el pasado martes 15′, es el siguiente:
« Cuando tiene lugar un asesinato en Canarias, algo poco frecuente, aunque a veces se perciba lo contrario, rápidamente la prensa quiere contar con una historia completa que relatar a sus lectores. Esto en muchas ocasiones termina en consultas a expertos en criminología o psicología criminal que, con pocos datos, poco podemos establecer.
El crimen de Raimundo Toledo no ha sido una excepción, ya no sólo por lo conocido del empresario granadillero sino por las especiales circunstancias de su supuesto secuestro en la calle 25 de julio de la capital santacrucera, asesinato en lugar por determinar y aparición de su cuerpo en el maletero de su coche en llamas en San Miguel.
Sin embargo, sí puedo relatar en este artículo cómo es el proceso a seguir para analizar y perfilar un caso tan particular como el de Raimundo, y lanzar de manera provisional alguna hipótesis que a medida que avance la investigación y la información podrán reformularse o afianzarse.
En primer lugar, debemos de analizar a la víctima en todos sus aspectos: familia, trabajo, pareja, economía, salud, enfermedades, etc, cuestión obvia en la que tanto la Policía Nacional como Guardia Civil han profundizado de seguro. Esta información se obtiene a través de numerosas entrevistas a conocidos, amigos, compañeros de negocios, familiares, estudios financieros, médicos, etc. Este proceso nos permite hacer lo que se denomina una “autopsia psicológica”, es decir, determinar cómo era en este caso Raimundo y, lo más importante, cuál era su “vulnerabilidad criminal”.
Con el término “vulnerabilidad criminal” nos referimos simplemente a pensar en para qué tipo de delitos puede ser más propensa una víctima. En este sentido, y entendiendo que era un empresario de éxito, con una amplia familia, hemos de pensar como principal posibilidad, aunque no la única, en un posible crimen con connotaciones económicas donde la relación familiar puede haber sido importante (desacuerdos por herencias, amigos de amigos que conocían su solvencia y tal vez excesiva confianza, etc). Esto obviamente nos puede ayudar a establecer un posible móvil del crimen provisional, pero que puede cambiar a medida que avanza la investigación.
En segundo lugar, tenemos que tener en cuenta las circunstancias del crimen en cuanto a un posible rapto cerca de donde vivía, lo cual nos indica una confianza y conocimiento de sus rutinas por parte del/los responsables. Tiene que ser alguien que conozca de las mismas, alguien cercano y además atrevido, ya que no escoge un lugar sin testigos o menos transitado que el lugar donde fue raptado en una céntrica zona de Santa Cruz. Los responsables se sienten seguros y actúan con confianza. Es posible que pensaran que la víctima no iba a ofrecer resistencia.
En tercer lugar tendríamos un escenario donde aparece el cuerpo de la víctima en el maletero de un coche en llamas. ¿Realmente un asesino puede llegar a creer que un cuerpo en un maletero o simplemente en un coche en llamas puede ayudar a simular una muerte accidental? No parece esa la respuesta lógica. Más bien parece tratarse de la intención de borrar huellas o indicios que pudieran inculpar al autor, no la causa de la muerte. Por otro lado, la distancia entre el lugar del secuestro y el hallazgo del cuerpo, unos setenta kilómetros (sobre una hora en coche), nos hablan de la necesidad de un traslado a alguna zona donde tuvo lugar el crimen o el intento de ajuste de cuentas, robo, extorsión, etc.
Tan importante como el escenario físico de un crimen es el escenario temporal. En este caso la hora del secuestro, a plena luz del día, y la del hallazgo del vehículo en llamas, las diez y media de la noche, nos hablan por un lado de exceso de confianza y, por otro, de subterfugio. Es probable que el cuerpo permaneciera escondido varias horas hasta que la noche permitió su traslado hasta el Mirador de La Centinela con más confianza y seguridad de no ser descubiertos.
Una de las teorías que han circulado es la posibilidad de un secuestro exprés, pero si analizamos todo en su conjunto veremos que en ese caso los responsables ya tendrían preparado un plan de escape de la isla y lo hubiesen llevado a cabo tanto con el éxito del crimen como con su fracaso, entendiendo que el fracaso sería no conseguir que la víctima abriera una caja fuerte, les diera efectivo, etc. Por tanto, parece más la reacción de alguien que ha tenido que improvisar sobre la marcha y que no tiene manera de huir de la isla sin ser detectado. Una persona o personas a las que la situación les ha desbordado e improvisan soluciones a problemas según se les presentan.
En síntesis, nos encontraríamos probablemente con dos hombres con experiencia y confianza en el enfrentamiento físico y la amenaza, con algún contacto familiar o muy cercano a la víctima que sirvió de gancho y/o informador en un crimen ocasionado por una situación que se sale del plan establecido inicialmente y donde el móvil económico y posiblemente personal hizo obrar a los autores con un exceso de celo y confianza, que por alguna extraña circunstancia se vio truncado, obligándolos a mal-improvisar en lo que en criminología llamamos la situación post-delictual.
Lo que parece claro es que la rápida y eficiente actuación policial tras el hallazgo del cuerpo han dado lugar a detenciones importantes que, con el tiempo, veremos si se materializan, ojalá que sí, en el procesamiento judicial sólido de los responsables y, posteriormente, con una sentencia inculpatoria que demuestre todo lo sucedido a Raimundo en el fatídico 15 de diciembre. »
Por último, ElDia.es publicó el pasado día 4 de febrero un artículo titulado ‘La empresa de la víctima vendió una parcela dos meses antes del homicidio’ que, referido a la venta de una parcela en San Isidro en la que se instaló la multinacional Mc Donald’s, decía:
« La sociedad de la que eran miembros Raimundo Toledo, sus hijos y, por herencia familiar, un sobrino del primero, vendió en octubre del año pasado una parcela estratégicamente situada en el núcleo de San Isidro, en Granadilla de Abona. Supuestamente, la operación se realizó por más de un millón de euros. Sin embargo, de esa cantidad global, había que descontar la hipoteca que pesaba sobre ese terreno.
Estos datos fueron aportados por uno de los hijos de Raimundo Toledo en una de las declaraciones realizadas ante el Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía que, junto con la Unidad Orgánica de Policía Judicial, investigó el secuestro y el homicidio del empresario granadillero que fue hasta su fallecimiento propietario de la gasolinera T-Gas, situada en la carretera de El Médano.
La parcela está integrada en el plan parcial La Jurada y poco después de la venta en la misma se instaló una franquicia de una conocida multinacional de comida rápida. Desde el entorno de la víctima se preguntan casi desde el mismo día del secuestro y muerte de Toledo si el trágico suceso estuvo relacionado con esa operación mercantil. Pero, por el momento, los investigadores carecen de certezas.
Cabe recordar que una de las principales acusadas, la cubana Sandra P.R., de 40 años, era la pareja sentimental del sobrino de Raimundo, que formaba parte de la empresa que vendió la mencionada parcela. Y la mencionada mujer también mantenía una relación muy estrecha con otro de los principales detenidos, Alexander R.R., de 29 años, también cubano. En el coche hallado frente a la casa de la víctima se halló una pistola simulada y cinta de embalar. Al parecer, los tres implicados, que están en prisión, usaron móviles de seguridad para organizar el secuestro de Toledo. »