(…Continuación)
El día 21 ya se publicaba que los agentes que investigaban el caso habían identificado a otras personas, además de la mujer que había sido detenida, como las autoras del secuestro y asesinato de Raimundo Toledo, así como que el móvil del crimen habría sido el económico, tal como lo refleja el contenido del artículo titulado Identifican a dos delincuentes por el asesinato del empresario tinerfeño, el cual decía:
« Después de la detención de una mujer, sospechosa de participar en la muerte violenta de Raimundo Toledo, el empresario tinerfeño cuyo cuerpo apareció calcinado en el interior de su vehículo en el Mirador de La Centinela, en San Miguel de Abona, tal y como publicó ayer este periódico, los investigadores buscaban anoche intensamente a dos delincuentes como supuestos autores materiales del crimen. El principal sospechoso responde a las iniciales de D. C. G. G., de 36 años de edad, que viajaba a bordo de una motocicleta de la marca Honda, de color blanco, con la que se mueve de forma habitual por la zona sur de la Isla, principalmente San Isidro, San Miguel de Abona, Los Abrigos, Cabo Blanco y El Fraile. Este individuo tiene una orden de búsqueda y detención como presunto autor de un delito de homicidio.
Los agentes buscan a un segundo cómplice, residente en el municipio de San Miguel de Abona, para su interrogatorio y para poder saber su grado de participación en la muerte de Raimundo Toledo.
D. C. G. G., tiene en su haber numerosas infracciones a la Ley 1/92 de Seguridad Ciudadana relacionadas con el tráfico y consumo de estupefacientes desde hace casi diez años.
Entre sus características físicas se incluye un tatuaje de una tela araña y dos nombres de mujer en cada una de sus muñecas. Mide alrededor de un metro setenta centímetros, tiene el pelo corto, es de complexión delgada y, a su vez, los investigadores creen que en la actualidad lleva una barba de varios días.
Por dinero
En cuanto al móvil de la muerte, los investigadores mantienen la hipótesis de que está vinculada a motivos económicos, pero con connotaciones muy cercanas a su persona. De hecho, la mujer detenida al parecer tiene algún tipo de vínculo próximo a la víctima.
Lo cierto es que los policías que llevan a cabo la investigación por este brutal asesinato, la Brigada de Homicidios de la Comisaría Provincial y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil, se reúnen diariamente para el intercambio de información ya que la prioridad máxima es la resolución de este crimen que causó gran conmoción en toda la Isla y particularmente en la zona de Granadilla de Abona, donde se concentran sus inversiones.»
Asimismo, ese mismo día la prensa se hace eco de la entrada en prisión de la mujer que había sido detenida, según se desprende del artículo titulado A prisión la pareja de un sobrino de Raimundo Toledo por su homicidio, que decía:
« El titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Granadilla de Abona decretó en la jornada de ayer el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de la mujer detenida el pasado fin de semana en relación con la muerte violenta del empresario Raimundo Toledo.
La acusada, identificada como Sandra P., de origen cubano, es la pareja de un sobrino del propietario de la gasolinera TGas de la carretera de El Médano. A dicha mujer pertenecía el vehículo que apareció aparcado junto a la vivienda del empresario fallecido.
Investigadores de la Guardia Civil y de la Policía Nacional continúan las tareas para tratar de localizar a Diego Claudio G. G., el hombre de 36 años que se considera sospechoso de estar implicado en la retención ilegal y la muerte violenta del empresario Raimundo Toledo, dueño de la gasolinera TGas de la carretera de El Médano y consejero delegado de Petróleos Archipiélago S.A.
El citado individuo ha desaparecido de su residencia y los lugares que frecuentaba por el Sur de Tenerife, lo que, por ahora, refuerza la hipótesis de las fuerzas de seguridad.
El citado individuo, nacido en Australia pero arraigado en Tenerife, estaba fichado por los agentes a raíz de delitos anteriores de menor gravedad.
Supuestamente, dicho hombre tiene alguna vinculación con la retención ilegal de Toledo junto a su casa de Santa Cruz de Tenerife y el altercado posterior en la calle 25 de Julio de la capital, donde la víctima intentó huir, pidió auxilio y mantuvo un forcejeo con los delincuentes, que lo volvieron a meter en su todo terreno Honda CRV, el mismo vehículo que apareció calcinado en San Miguel. »
También ese mismo día los medios informativos anuncian la detención del principal sospechoso al que la policía buscaba. En ese sentido, el artículo de La Opinión de Tenerife titulado Detenido el presunto autor del crimen del empresario en San Miguel de Abona, venía a decir:
« Después de la detención de una mujer, sospechosa de participar en la muerte violenta de Raimundo Toledo, el empresario cuyo cuerpo apareció calcinado en el interior de su vehículo en el Mirador de La Centinela, en San Miguel de Abona, el principal sospechoso era D. C. G. G., de 36 años, tal y como adelantó La Opinión de Tenerife.
Tras las investigaciones de la Brigada de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría Provincial de Santa Cruz de Tenerife y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife que trabajan de manera conjunta, el individuo ha sido detenido este martes por los agentes y puesto a disposición judicial.
En cuanto al móvil los investigadores apuntan al económico, pero con connotaciones muy cercanas a su persona. De hecho, la detenida al parecer tiene algún tipo de vínculo próximo a la víctima. »
… O éste otro publicado el día 23 en el que además se aporta el dato de que el secuestro de Raimundo Toledo podía haber sido un ‘encargo’, y que con el título Detenido en Tenerife el presunto asesino del empresario Raimundo Toledo, decía:
« Luchando contra el tiempo. Una semana es lo que tardaron los investigadores en detener al principal implicado. Un servicio conjunto de la Brigada de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía y de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil permitió la detención del principal sospechoso de la muerte de Raimundo Toledo, el empresario que fue raptado en los exteriores de su domicilio en la capital tinerfeña, asesinado horas después y su cuerpo introducido en su vehículo, un Honda CRV de color rojo, el cual fue arrojado en llamas desde lo alto del Mirador de La Centinela, en San Miguel de Abona el martes día 15. Desde que se produjo el rapto hasta que su cadáver fue localizado apenas transcurrieron tres horas.
El presunto autor fue identificado como Diego Claudio G. G., nacido el 29 de junio de 1979 en Sídney (Australia). Este varón se movía a bordo de una motocicleta marca Honda de color blanca, y su captura según confirmaron fuentes de la Guardia Civil se produjo en horas de la madrugada de ayer en el interior de un inmueble de Arona, donde había buscado refugio. Los agentes aprovecharon esa circunstancia horaria para evitar su fuga, dado que estaba en permanente alerta para evitar su apresamiento, así como para que no opusiese resistencia a su arresto.
Como se recordará, en la resolución de este caso que ha conmocionado a la opinión pública tinerfeña fue fundamental la detención de la mujer, propietaria de un turismo implicado en este crimen, y que el pasado lunes ingresó en prisión.
Los funcionarios de ambos cuerpos en una magnífica coordinación visionaron una cinta de un domicilio próximo donde ocurrió el rapto del empresario, en la confluencia de las calles Horacio Nelson con Enrique Wolfson, lo que permitió avanzar con las pesquisas.
Ahora se espera que de la declaración de Diego Claudio G. G., los agentes puedan averiguar cuál fue el móvil que llevó a acabar con su vida, y la forma en la que murió. Se supone que el homicidio obedece fundamentalmente a intereses económicos, aunque los investigadores no descartan que se trate de una muerte por encargo, ya que la mujer detenida tiene una relación lejana con Raimundo Toledo.
El acusado, una vez fue reducido y se le leyeron sus derechos fue trasladado de manera inmediata a la casa cuartel del instituto armado del puesto de Granadilla de Abona, donde era interrogado antes de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción de ese partido judicial que lleva las diligencias, que además fueron declaradas secretas para preservar las pesquisas.
Las fuentes consultadas no descartaban que los investigadores agoten el plazo máximo que les permite la Ley (72 horas), para avanzar en las diligencias, sin descartar tampoco que se produzcan más detenciones de presuntos cómplices y encubridores.
La hipótesis más creíble es que los implicados, ahora detenidos, no tenían intención de acabar con la vida de Raimundo Toledo, pero al final se les fue la mano. »
(Continuará…)