El autismo es un trastorno del desarrollo generado por un desorden del sistema inmune que conlleva a actitudes muy particulares manifestadas en los tres primeros años de edad. Ello termina afectando a ciertas funciones cerebrales que acaban produciendo una alteración que abarca varios ámbitos del desarrollo de las personas que lo padecen: el social, el comunicativo y el de la imaginación. Los síntomas de esta disfunción, que suelen aparecer durante los tres primeros años de existencia, continúan manifestándose a lo largo de toda la vida.
Aún no se sabe cuáles son las causas del autismo y tampoco se tiene certeza si es curable o no. Entre más temprano sea el diagnóstico y se apliquen programas enfocados al desarrollo cognitivo, de comunicación y socialización, las personas que padecen este problema podrán tener una mejora en su entorno y en su crecimiento, pues la discapacidad que provoca les afecta en la forma en que interpretan todo su entorno, lo que ven, oyen y tocan, dificultando su comprensión, el uso del lenguaje, las relaciones sociales, la imaginación y el juego.
El trastorno producido por el autismo se manifiesta de manera distinta en cada persona, siendo sus síntomas más frecuentes: aislamiento, contacto visual fugaz, obsesión por el orden, anomalías en el lenguaje, rechazo del contacto físico, apego inapropiado a objetos, hiperactividad o hipoactividad, incapacidad de interacción social, ausencia de capacidad imaginativa y el movimiento sin control de alguna parte del cuerpo.
En la etapa preescolar, el niño que padece autismo empieza a parecer extraño porque no habla. Le cuesta asumir el yo e identificar a los demás. No establece contacto con los demás de ninguna forma. Estos niños pueden presentar conductas agresivas, incluso para sí mismos. En la adolescencia, se dice que 1/3 de los autistas suelen sufrir ataques epilépticos, lo cual hace pensar en una causa de origen nervioso para este trastorno.
Pese a que estas estadísticas pueden causar temor, en la actualidad una infinidad de especialistas indican que la presencia del autismo es una señal de alerta y que es una condición que puede cambiarse. Algunas de las actividades que más recomiendan a los niños con este trastorno son juegos que estimulen la comunicación, el desarrollo motriz y la integración.
Entre las sugerencias más comunes se encuentran juegos con números, letras y colores, sustentar la comunicación en frases sencillas y directas, hacer que el niño se familiarice con las figuras y sonidos de su entorno y buscar toda la ayuda especializada que considere necesaria.
Un dato a tener en cuenta es el error existente en definir el autismo casi siempre por sus carencias a pesar de que hay personas que son autistas y sumamente brillantes, así como que es un trastorno que se clasifica de leve a severo según las formas que tienen de manifestarse los diferentes síntomas.
Por otro lado y según investigaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al tratar convenientemente los serios problemas que se producen en el sistema gastrointestinal, metabólico e inmunológico derivados del autismo, las actitudes autistas empiezan a desaparecer, por lo que hay que entender que no es entonces una enfermedad incurable sino, por el contrario, un estado recuperable y reversible. En este sentido, existen colectivos como la Fundación Venciendo el Autismo que asegura que «el autismo es evitable, tratable y curable».
Es más, la condición de ser autista se ha demostrado que es completamente tratable y que su sintomatología puede desaparecer por completo, aunque para ello se requiere de un buen tratamiento médico, una dieta estricta y mucho apoyo familiar. Además, es absurdo decir (e incluso pensar) que las personas con autismo no pueden desarrollar talentos, debiendo enfrentarse para ello a numerosas trabas que deben superar para desencadenar ese potencial que poseen como son la escasez de formación profesional existente, el apoyo insuficiente a la inserción laboral y la discriminación generalizada.
Por último, hay un dato importante que hay que entender: las personas autistas no se aíslan porque deciden hacerlo voluntariamente, sino que necesitan apoyo para garantizar la inclusión social y el respeto a sus derechos. Convivir con el autismo implica una importante labor de concienciación en la sociedad, como la de entender las diferencias siempre desde el respeto, la de aceptar que hay autistas que son brillantes y la de ayudar en todo lo posible para su integración.
EL DÍA MUNDIAL DE CONCIENCIACIÓN SOBRE EL AUTISMO
En 2007 la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) decretó el 2 de abril como el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha con la que se busca no solo reflexionar sobre este trastorno, sino también hacer crítica social a quienes no conocen casi nada sobre él y, debido a la ignorancia, incrementan la discriminación y reducen la posibilidad de ayudar a quienes lo tienen.
La ONU indica que el significado de este día busca «poner de relieve la necesidad de mejorar la calidad de vida de los niños y adultos autistas para que puedan tener una vida plena y digna». Sin embargo, para nadie es un secreto que uno de los mayores desafíos que enfrenta esta condición es la ignorancia, pues es ésta la que genera tantos miedos, críticas y preocupaciones en torno al tema.
La Resolución de la Asamblea General de la ONU mediante la cual decidió designar el 2 de abril como ‘Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo’, entre otros aspectos, se basó por estar “profundamente preocupada por la prevalencia y la elevada incidencia del autismo en los niños de todas las regiones del mundo y por los consiguientes problemas de desarrollo que afectan a los programas a largo plazo de salud, educación, capacitación e intervención emprendidos por los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado, así como por sus terribles consecuencias en los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad”.
EL AUTISMO EN CIFRAS
La tasa del autismo a nivel mundial es alta y tiene un terrible impacto en los niños, sus familias, las comunidades y la sociedad. Así, se estima que uno de cada 88 niños tiene trastornos del autismo y que por ejemplo, en EE.UU., uno de cada dos niños podría ser autista para 2025 como consecuencia de la evolución de este trastorno, pues los datos muestran como en 1975 sólo lo mostraba un niño por cada 5 mil pero que, en las últimas dos décadas, los casos se han incrementado un 600%.
Otro dato nada optimista que se dispone sobre la evolución de este trastorno es que en 2012 se diagnosticaron a más niños con autismo que con otras enfermedades en conjunto como la diabetes, el cáncer y el sida.
Asimismo, datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que actualmente una de cada 150 personas padece del trastorno del autismo. Por tanto, teniendo esto en cuenta, en España hay en torno a unas 300.000 personas que padecen autismo en mayor o menor grado y, en Granadilla de Abona, aproximadamente unas 300.
¿Cómo se está atendiendo en nuestro municipio el problema de las familias afectadas por el autismo? ¿De qué medios se dispone para resolverlo?… Son preguntas a las que responderemos en breve.
(Continuará…)