El año nuevo según las diferentes culturas

2 Ene, 2017 | Cultura, Sociedad | 0 Comentarios

Hasta hace cuatro siglos, el año nuevo se festejaba en casi todo el mundo el 21 de marzo, coincidiendo con el equinoccio de Primavera en el hemisferio norte, lo que indica que empezarlo el 1 de enero es una costumbre bastante novedosa si nos atenemos a los hechos históricos. Y es que festejar el año nuevo el 21 de marzo tenía sus razones evidentes al coincidir con el inicio de la primavera, la estación de los brotes que recuerda el inicio de un nuevo ciclo de la vida tras el paso del invierno.

Fue en 1582, al reemplazar el ‘calendario juliano’ que regía entonces (y que llevaba ese nombre en honor a su instaurador, el emperador romano Julio César) por el actual ‘calendario gregoriano’, que el Papa Gregorio XIII determinó que el año comenzara el 1 de enero basándose que ese era el supuesto día de la circuncisión de Jesús.

Hasta ese momento y durante miles de años había una coincidencia general en el mundo en festejar el año nuevo el 21 de marzo a excepción de algunos pueblos como el judío, el chino, el musulmán y los originarios de Sudamérica.

Así, los judíos lo festejan en una fecha variable entre septiembre y octubre siempre próxima al equinoccio de primavera en el Sur: se trata del ‘Rosh Hashaná’ (cabeza de año) que ocurre entre el 1 y el 2 de Tishri, primer mes del calendario hebreo y día en que según la tradición fue creado Adán, «cabeza» u ‘origen’ de la especie humana.

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Los chinos por su parte festejan el suyo cuando se forma la primera Luna Nueva en el signo de Acuario, una fecha que cae entre fines de enero y mediados de febrero.

Los musulmanes lo celebran en su mes de Muharram, que puede caer en cualquier mes de nuestro calendario gregoriano y su almanaque comienza en el año 622 a partir de la huida de Mahoma a la ciudad de Medina.

En cuanto a los pueblos originarios de Sudamérica, éstos conmemoran su año nuevo el 21 de junio con el solsticio de invierno en el hemisferio sur.

Fuera de estas mencionadas culturas, los primeros en cambiar la tradición del 21 de marzo fueron los países bajo la órbita del catolicismo y sus colonias en base a su obediencia al mencionado Papa Gregorio XIII. Los restantes pueblos no aplicaron este cambio y continuaron durante varios siglos más festejando su año nuevo el 21 de marzo.

Tal fue el caso de Gran Bretaña, que fue recientemente (en el siglo XVIII) cuando adoptó el calendario gregoriano. Y también el de Rusia donde, curiosamente, la Revolución Bolchevique que abolió los cultos, fue la que en 1917 impuso el calendario gregoriano de la iglesia católica.

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De manera que con estos datos en la mano, lejos de parecer una ‘novedad’ decir que el año nuevo comienza el 21 de marzo, es exactamente al revés: la ‘novedad’ es celebrarlo el 1 de enero. A pesar de ello, el comienzo del ‘año astronómico’ o natural continúa siendo el equinoccio de primavera en el hemisferio Norte (o el de otoño en el Sur), es decir, entre el 20 y el 21 de marzo, cuando el Sol se sitúa en el denominado ‘punto vernal’ y la rueda de las estaciones vuelve a comenzar otra vuelta. Se da la circunstancia de que cuando se producen los equinoccios la duración del día y de la noche se iguala en todo el planeta -la partícula «equi» significa ‘igual’- alcanzando uno y otra las 12 horas exactas.

En igual fecha entre el 20 y el 21 de marzo comienza también el ‘año astrológico’ en que el Sol se sitúa a cero grados de Aries (o ‘punto vernal’), primer signo del zodíaco, para continuar avanzando y cada treinta días hacer su entrada en cada uno de los restantes once signos. En este sentido, los astrólogos dicen que el año nuevo es ‘personal’ y que empieza y se renueva el día del cumpleaños.

Pero aún aceptando la norma gregoriana de recibir el nuevo año cada 1 de enero, cabría cuestionarse si el año nuevo que celebramos es el correcto, pues si se sabe que Jesús nació siete años antes de lo que se creía, no cabría en esta ocasión saludar al 2017 sino al Año Nuevo 2024. Pero esto es otra cuestión.

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LOS AÑOS EN OTROS PAÍSES SEGÚN LOS DISTINTOS CALENDARIOS

Nos apuntamos a la creencia a favor de la “buena suerte” y el deseo de que 2017 sea un año mágico de verdad, en el que no nos falte el trabajo, la ilusión, las ganas de emprender, de innovar, de avanzar, la paz tan necesaria en todo el planeta… y que nuestras cotas de felicidad y satisfacción sean ilimitadas. Pero no nos olvidemos que, tal como hemos visto, este calendario no es el mismo para todo el mundo. ¿En qué año viven otras culturas teniendo en cuenta que no en todo el mundo viven según nuestro calendario, el gregoriano, el cual comienza en enero y termina en diciembre y cuyo nombre deriva de del Papa Gregorio XIII, quien ordenó su adopción en 1582 por medio de una ‘bula papal’?

En China, por ejemplo, viven ahora en el año 4714, dedicado al mono. La llegada del Año Nuevo, el 4715 (que estará dedicado al Gallo de Fuego) tendrá lugar el próximo 28 de enero, fecha en la que se celebra por todo lo alto el ‘Festival de la Primavera’ y cuando se baila la ‘Danza del Dragón’, una fiesta que marca el punto de partida de un gran evento de quince días de duración que culmina con el ‘Festival de la Linterna’ en el que los niños iluminan la noche con sus propios faroles de luz.

El Año Nuevo Chino se basa en el calendario lunar utilizado tradicionalmente en China. Según este calendario, la celebración de un nuevo año cae, en general, en la segunda luna nueva después del solsticio de invierno boreal (21 de diciembre). Debido a su carácter lunar, el Año Nuevo Chino no puede convertirse en una fecha exacta del calendario gregoriano y por eso se celebra entre el 21 de enero y el 18 de febrero.

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Según el calendario hebreo, el pueblo judío vive ahora en el año 5777. La entrada de 5778, el Año Nuevo Judío o fiesta de ‘Rosh Hashaná’ (que coincide con el aniversario de la creación de Adán y Eva ), se celebrará al atardecer del 20 de septiembre de 2017 mediante dos días de fiesta que comienzan cuando aparece la primera estrella en el cielo y se escucha el sonido del ‘shofar’, un cuerno de carnero que invita a todos los judíos a la meditación.

Entre las muchas costumbres judías que giran alrededor de esta fecha, destaca una muy simbólica que es la tradición de comer una manzana recubierta de miel con la que se pretende tapar el pecado original cometido por Eva tras la tentación de la serpiente, como un baño de dulzura para atraer un año lleno de paz y abundancia.

Según el calendario musulmán o islámico, estamos en el año 1438. Su adopción fue instituida por Mahoma, fundador y máxima figura del Islam, en recuerdo de la fecha en la que el profeta, acosado por sus adversarios, tuvo que huir acompañado de sus fieles de la ciudad de la Meca hacia la de Medina, lo que se conoce como ‘Hégira’ (‘huida’). Habrá que esperar hasta el 21 de septiembre de 2017 para celebrar la llegada del año nuevo musulmán, o sea, el 1439. La luna es la que define también el calendario musulmán, frente al sol que guía nuestro calendario gregoriano.

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Según el calendario budista estamos en el año 2558 y la llegada del 2559 se celebrará del 11 al 15 de abril con la gran fiesta de ‘Songkran’. Los coptos viven actualmente en el año 1739. Los seguidores del calendario maya están en el año 5130.

Y hay más… pero vivas en el año en que vivas, estés dónde estés, profeses la religión que profeses, te deseamos LO MEJOR para tu nuevo año.

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