El pasado 22 de noviembre, laopinion.es publica un artículo con el título ‘Protección Civil pide un protocolo para casos de desaparecidos’, en el que dice:
« Podría ser el primer paso para trabajar bajo un mismo protocolo de actuación cuando se produce una desaparición. El colectivo Asociación de jefes de Agrupaciones municipales de Protección Civil de Canarias (Aprocia) ha pedido a las máximas instituciones estatales, autonómicas, insulares y municipales del archipiélago Canario un protocolo unificado de cómo se debe actuar en estos casos. El objetivo de esta petición pública se sustancia en la creciente preocupación que supone el número de desaparecidos que se registran en Canarias. Sólo en Tenerife hay desde comienzos de los años noventa una decena de personas de las que se ignora su paradero, a los que habría que sumar los de la otra provincia, con lo cual el número puede llegar a la veintena.
Según el presidente de Apropica «no se trata de la cantidad de situaciones de este tipo que se están produciendo en nuestra tierra, lo importante es que todos sepamos cómo debemos actuar ante la desaparición de una persona, principalmente porque como todos los estudios certifican, las primeras 24 horas de una desaparición son fundamentales para encontrar en buenas condiciones a esa persona».
Según este colectivo «existe un gran desconocimiento de cómo se debe actuar, los plazos, el procedimiento y pautas que deben seguir las personas que detectan una desaparición. Más allá de las competencias que cada institución posee respecto a esta cuestión nos hemos visto en situaciones de búsquedas que se desarrollan con muy buena voluntad, pero con una enorme descoordinación y eso va en detrimento del éxito y en la localización de esas víctimas».
Una de las demandas se refiere a la creación de una ficha única de recogida de datos de los desaparecidos, con la información necesaria y que pueda ser compartida por todos los recursos que operan para buscar a un desaparecido.
Hacen especial hincapié en las desapariciones denominadas de ‘alto riesgo’, es decir aquellas que afectan a menores de edad, personas de edad avanzada o que sufran algún tipo de trastorno o enfermedad. En estos momentos permanecen desaparecidos en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Rafael Antonio Calatayud Garcés, que fue visto con vida por última vez el 2 de septiembre de 1991, en El Médano. Agne Derval López Palacios, de 63 años, que desapareció en junio de 2014, en Puerto de la Cruz es otra más de las que integra esta lista. El brigadista forestal José Manuel Rodríguez González, de 49 años, del que se desconoce su paradero desde abril de 2013, en El Tanque y que salió de su casa en calzoncillos y con zapatos. Su caso es otro de los más enigmáticos.
El astrofísico cordobés José Antonio Muñoz Romero, de 32 años, del que se desconoce su paradero desde el 16 de abril de 2013 cuando salió de su casa en La Laguna.
Pero el que más ríos de tinta ha vertido ha sido el caso de Víctor Teni, el deportista del que no se tienen noticias desde el 1 de enero de 2014 que desapareció cuando practicaba deporte en Las Cañadas del Teide.
Casos más antiguos son el de José Vicente Sacramento Socas, que tenía 27 años cuando se pierde su pista el 26 de noviembre de 1989, en el caserío de Las Abiertas, en Icod de los Vinos. Probablemente murió asesinado, pero sus restos no han sido hallados.
Igual de misteriosa es la desaparición de Jorge Antonio Fernández Ramos, conocido como Jorgito, del que no se ha vuelto a saber nada desde el 31 de julio de 2000, cuando tenía 28 años y que fue visto con vida por última vez en su isla natal, El Hierro.
Más recientes en el tiempo son las desapariciones de un vecino de 85 años, Plácido Santiago Salazar Donate, que vivía en San Isidro, en Granadilla de Abona y del que se desconoce su paradero desde el pasado 19 de junio, después de que fuese visto en el barrio de La Cruz de Tea y la de Carmelo Antonio Díaz Pezcoso, del que sus familiares no tienen noticia alguna desde el pasado día 9 cuando salió de casa en Adeje.