Según una nota de prensa publicada a principios de la pasada semana por la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía, miembros del mismo destinados en el Sur de Tenerife detuvieron hace más de dos meses a 19 personas que integraban una organización criminal que introducía droga de gran pureza en la Isla procedente de Venezuela, para lo que utilizaban correos humanos que ingerían la sustancia para su traslado a la isla. Además, la organización poseía un número significativo de armas de fuego, por lo que también se les atribuye el delito de tenencia ilícita de armas.
El líder de la organización es un ciudadano de origen colombiano que residía en San Isidro y el resto de los individuos apresados son de nacionalidad colombiana y española. Las detenciones, efectuadas dentro de la denominada ‘Operación Chef’, se llevaron a cabo en San Isidro, San Cristóbal de La Laguna, La Orotava, Santa Cruz de Tenerife y el Aeropuerto Adolfo-Suárez Madrid-Barajas.
Asimismo, según el comunicado, se llevaron a cabo un total de siete registros domiciliarios con la colaboración de la Comisaría Local de La Laguna así como con la ayuda de agentes de la Unidad de Guías Caninos de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, interviniéndose el operativo un total de 9.129 gramos de cocaína, la cual en su mayoría se encontraba enterrada en una finca propiedad del cabecilla de la organización.
También se localizaron diversos útiles para la manipulación y transformación de la droga, botes de ocultación para la misma, un total de 19.000 euros en efectivo, 2.000 dólares, un revolver calibre 44, una escopeta de cañones recortados, varias pistolas, diversa documentación de interés para la investigación y multitud de teléfonos móviles.
Los detenidos fueron puestos a disposición judicial y se decretó prisión provisional para trece de ellos, entre los que se encuentra el cabecilla de la organización, mientras los demás implicados se encuentran en libertad con cargos a espera de juicio.
MODUS OPERANDI
El transporte de la sustancia en estado líquido y de altísima pureza, procedente de Venezuela, se realizaba utilizando correos humanos o ‘mulas’ que ingerían pequeños recipientes con el producto portándolo en su interior hasta su llegada a Tenerife, donde eran recibidos por miembros de la organización y hospedados en hoteles, habitualmente en el sur de la isla, hasta la total expulsión de la cocaína líquida.
Posteriormente, el cabecilla de la organización y experto en la manipulación este tipo de sustancias estupefacientes, la transformaba de estado líquido a sólido conservando su elevado nivel de pureza, para su posterior distribución por toda la isla llevada a cabo por el resto de integrantes de la organización.