(…Continuación)
La ex-alcaldesa de Granadilla de Abona, Carmen Nieves Gaspar Rivero, que durante su mandato (2007 – 2011) se mostró firmemente contraria a la construcción del Puerto, también expresó su opinión sobre la puesta en marcha del miso pronunciándose con contundencia en la línea de oposición a su realización que siempre mantuvo, tal como lo recoge Diario de Avisos en un artículo publicado el 24 de noviembre que, con el título ‘Carmen Nieves Gaspar: “El puerto de Granadilla es el puerto de las mentiras”’, decía:
« Carmen Nieves Gaspar (alcaldesa de Granadilla 2007-2011) siempre se opuso a la construcción del puerto que hace unos días empezó a operar. “El puerto de Granadilla es el puerto de la mentiras”, afirma la nacionalista.
“Siempre nos hablaron de las bondades del puerto, pero cuando se preguntaba por los inconvenientes nadie respondía, ni Suárez Trenor ni Ricardo Melchior”, comenta la exalcaldesa de CC que gobernó junto al PP y Sí se puede en los años en que 50.000 personas salieron a la calle para manifestarse en contra del puerto industrial.
Gaspar recuerda que “se prometieron hasta 50.000 puestos de trabajo y creo que si acaso se generarán cuarenta o cincuenta puestos de trabajo directos y muy especializados”, al entender que “nadie en su sano juicio se va a creer que Santa Cruz se vaya a quedar sin puerto o que aquí vengan barcos de pasajeros o grandes cruceros. El puerto de Granadilla es el puerto de las mentiras”.
Cuando se le habla de que compañeros suyos que se opusieron entonces ahora no lo hacen, se acoge al refranero: “a conejo ido, palos a la madriguera” e insiste que “el puerto es un negocio para cuatro no para la Isla de Tenerife”, recordando que en su etapa de alcaldesa ya algún empresario compró un millón de metros cuadrados en Chimiche “con la intención de que se lo recalificáramos pensando en el puerto” y lamentó que “sirva para traer plataformas petrolíferas, con lo que significa para el medioambiente y para un lugar turístico como El Médano”. “¿Dónde quedó la campaña antipetróleo de mi partido?”, se pregunta.
SEGUNDA PLATAFORMA
El puerto de Granadilla recibió a primera hora de ayer la segunda plataforma petrolífera que recala en estas instalaciones, estrenadas el pasado martes con la llegada de la megaestructura West Leo, de la empresa Sea Drill. La nueva unidad, denominada West Taurus, es gemela de la ya atracada en el dique exterior del nuevo puerto y, al igual que sucediera con su predecesora, arribó acompañada por tres remolcadores tras zarpar la noche anterior desde la capital tinerfeña.
El presidente de la Autoridad Portuaria, Ricardo Melchior, asistió de nuevo a pie de muelle a la maniobra de atraque, que se desarrolló con “absoluta normalidad”. En ella participaron operarios del puerto y personal de la multinacional propietaria de las dos estructuras amarradas. »
El vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria (ZEC), Pedro Alfonso, también se pronunció sobre el Puerto Industrial por esas fechas, concretamente mediante un escrito con el título ‘El puerto de Granadilla pone a Canarias en el centro de la inversión internacional’ publicado en dos partes por el periódico EL DÍA en su sección ‘Criterios’. En su primera parte, publicada el 19 de noviembre, el escrito decía:
« El próximo 30 de noviembre, la Autoridad Portuaria de Tenerife, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y la Zona Especial Canaria presentarán a la asociación de Navieros (ANAVE) y a los despachos de derecho marítimo con mayor influencia, las oportunidades que el puerto de Granadilla ofrece a las Islas y a las empresas logísticas, marítimas e internacionales, como foco de atracción de inversión.
Con la puesta de largo del puerto de Granadilla, se ofrece al mundo la más moderna y competitiva inversión portuaria del Atlántico Norte en una situación geoestratégica indiscutible, así como en un momento vital para la navegación internacional con un importante impacto en el valor añadido de las Islas y en la competitividad de las empresas.
Una inversión que llevará aparejada los importantes incentivos económicos y fiscales de las Islas, totalmente compatibles con los beneficios de la Zona Especial Canaria con una tributación estrella del 4% en el impuesto de sociedades, entre otras bondades fiscales, bajo la garantía del Gobierno Autónomo, el Estado y la Unión Europea.
A través del puerto de Granadilla podremos captar nuevos tráficos Norte-Sur y seguir colaborando con los Este-Oeste, tanto en tráficos cautivos como en transbordos, reforzar rutas comerciales, potenciar la reparación naval, crear sinergias y acuerdos de colaboración con otros puertos del mundo, atraer importantes inversiones logísticas, nuevas tecnologías o medioambientales, bajo una oferta que combina de manera competitiva plataforma logística, aeropuertos, infraestructuras y calidad de vida.
Construimos el puerto de Granadilla para romper barreras de comunicación e impulsar la economía como un territorio continuo que permite globalizar Canarias.
El puerto otorga expectativas y ganancias para todos y cada uno de los canarios, pero también para los inversores que se suban al barco con las Islas.
Superados los retos para su puesta en marcha, posibilitarán el comienzo de una realidad de progreso y empleo que ayuden a Tenerife y Canarias a ser más competitivas de manera sostenible. »
En la segunda parte de su escrito, publicada el 26 de noviembre, decía Pedro Alfonso:
« La plataforma petrolífera «West Leo», propiedad de la multinacional Seadrill, ha tenido el honor de pasar a la historia como artífice de la primera operación en el puerto de Granadilla, comenzando una actividad demandada hace más de 50 años.
Las obras realizadas supusieron la inversión de más de 145 millones de euros para las actuaciones «Obras de Abrigo del Puerto de Granadilla» y «Contradique del puerto de Granadilla» al final del programa operativo. Estas obras están incluidas en el Programa Operativo del Fondo de Cohesión FEDER 2007-2013.
Estas obras garantizan la disponibilidad del nuevo puerto de Granadilla y alivian los niveles de saturación en los que incurrirá el puerto de Santa Cruz de Tenerife, y ayudará a optimizar el compromiso con el desarrollo sostenible mediante la generación de las instalaciones más seguras para la implantación de una regasificadora orientada a la generación de energía eléctrica más limpia.
El proyecto del puerto de Granadilla propiciará el crecimiento de la infraestructura portuaria de manera acompasada al crecimiento y a las necesidades de los tráficos; potenciará las relaciones de Tenerife con África y Latinoamérica; permitirá la constitución de un nodo logístico en el Sur de la Isla junto con el aeropuerto Tenerife Sur y el Polígono Industrial de Granadilla y, sobre todo, creará empleo y riqueza en un entorno de desarrollo sostenible y diversificado.
Estamos, sin duda, ante un desafío que debemos aceptar, en el que el futuro lo estamos decidiendo aquí y ahora, y el éxito consiste en darnos cuenta a tiempo. »
El 28 noviembre, la web de Cadena SER publica un resumen de las declaraciones realizadas por el presidente de ASINCA en Santa Cruz de Tenerife a esa emisora con el título «¿Qué esperan del Puerto Industrial de Granadilla, que se pusiera un hotel de cinco estrellas?», en el que dice:
« El presidente de ASINCA en la provincia tinerfeña, Andrés Calvo, ha dicho en la Cadena SER que, frente al argumento de que «los sebadalares se verían perjudicados», ahora éstos «son mayores que los que había antes».
«Lejos de hacer desaparecer las playas del sur, el Puerto de Granadilla ha generado una nueva». De esta manera ha explicado el presidente de la Asociación de Empresarios Industriales de Canarias, en la provincia tinerfeña, Andrés Calvo, los beneficios de la infraestructura a la que recientemente han llegado las primeras plataformas petrolíferas para ser reparadas. Para Calvo la pregunta es obvia: «Qué esperan del Puerto Industrial de Granadilla, que se pusiera un hotel de cinco estrellas?».
Según el representante empresarial, el objetivo era «buscar formar para diversificar nuestra economía» y ahora quejas, causa «casi risa». Y aunque preguntado por los animales o especies que puedan venir adosadas a la plataforma ha dicho: «no lo sé», también ha dicho que «una de las mayores pegas que se pusieron al Puerto de Granadilla fueron los sebadales», y añadió: «Creo que son mayores que los que había antes». También expuso: «Decían que iba a generar un movimiento que iba a acabar con las playas del sur, y ahora en el contradique se está generando una playa de arena. La realidad está diciendo todo lo contrario de lo que se dijo sin estudios» »
El 30 de noviembre, coincidiendo con el Pleno que se celebraba esa tarde-noche, un grupo de ciudadan@s se concentraba frente al Ayuntamiento de Granadilla de Abona para manifestar su rechazo a las plataformas recién llegadas al Puerto Industrial, que laopinion.es recogía de la siguiente manera:
« Alrededor de un centenar de personas se ha concentrado la tarde-noche de este jueves frente a la sede del Ayuntamiento de Granadilla de Abona para rechazar la llegada de plataformas petrolíferas al puerto industrial recién terminado.
La concentración fue convocada por la Plataforma Salvar La Tejita, la primera de una serie de medidas contra la puesta en funcionamiento de esta infraestructura y especialmente la llegada de las plataformas, que según estos granadilleros, principalmente de El Médano, supone «un enorme impacto visual» y «un peligro para el medio ambiente».
Muchos manifestantes acudieron, como había pedido la Plataforma Salvar La Tejita, ataviados con camisas negras simbolizando la contaminación marina que se puede producir en la zona.
Los concentrados llevaron a cabo una cacerolada, así como una sonora pitada frente a la sede del Consistorio granadillero, una de las administraciones que se mostró a favor de la instalación del puerto industrial en la costa del municipio.
Los manifestantes no solo rechazaron la llegada de plataformas, sino la futura puesta en marcha de la regasificadora. »
El 3 de diciembre ELDÍA.es publica en su sección ‘Criterios’ un artículo correspondiente al Manual de Objeciones del periodista Jorge Bethencourt que, con el título ‘La enfermedad de Canarias‘, dice:
« Ser canario consiste en pensar que se puede hacer una tortilla sin romper huevos. Somos hijos de un surrealismo endémico y pertinaz que es capaz de convertirlo todo en un potaje. Tan capaces de querer una cosa y la contraria, opinamos con solvencia de casi todo y sabemos cómo arreglar cualquier problema, a condición de que no sea nuestro. Porque los nuestros, maldita sea, son los únicos que no sabemos arreglar. Los mejores entrenadores de fútbol están en la grada. Los mejores ingenieros en el taburete del bar. Los mejores políticos en las tertulias de prensa. Y en general casi todo el mundo es el mejor para todo lo que no sea su propio oficio o profesión. Eso somos, además de siete sobre el mismo mar donde flotan los excrementos con que alimentamos a los pejeverdes.
Llevamos años pontificando inútilmente sobre la necesidad de diversificar nuestra economía; alertando del peligro de depender exclusivamente del turismo y proyectando solucionar el problema de los bajos salarios a través de la creación de un potente tejido industrial. Pero resulta que ponemos el grito en el cielo cuando aparecen en el horizonte de las Islas las plataformas petrolíferas. Échale hilo a esa cometa.
En Arico hay un complejo medioambiental, que es la manera fina de llamar a un oloroso vertedero de basuras. Y un poco más allá, en Granadilla, tenemos un potente polígono industrial. Se puede discutir si el Sur, en la vecindad de nuestra principal actividad turística, es el lugar adecuado para situar esas instalaciones industriales. Y para poner una central eléctrica y un puerto, además de la futura regasificadora y otras infraestructuras. Pero una vez tomada la decisión y construidas las obras, que la gente proteste porque todo eso funcione a mí me parece digno de una novela de Kafka. ¿Quién esperaban que fuera al puerto industrial de Granadilla? ¿El Queen Mary?
La bronca entre una supuesta extinción de sebadales y escarabajos frente a otra supuesta creación de miles de puestos de trabajo y desarrollo no es una disyuntiva, sino una milonga. No es un choque entre dos modos de ver la vida, sino entre dos maneras de tomarnos por perfectos idiotas. Quieren hacernos «hooligans» de las babosas, para paralizar la construcción de una fábrica, o seducirnos con la idea de miles de puestos de trabajo si apoyamos que las palas se lleven por delante lo que sea. Y si no te sitúas en uno de esos dos extremos de la estupidez, estás en tierra de nadie.
El dedo en la llaga lo ponen algunas voces sensatas, como la de Wolfredo Wildpret. El otro día dijo que el verdadero problema de estas islas es la superpoblación y no puede tener más razón. La carga de habitantes que soporta una economía determina sus expectativas y su impacto. Para dar de comer a un millón de personas, el crecimiento de las actividades económicas tiene que ser proporcional. Y lo mismo puede decirse de las infraestructuras: más piche, más hormigón, más casas, más vertidos de aguas residuales, más consumo de agua… Y conforme vamos creando más y más carreteras, puertos o aeropuertos, atraemos más y más población que viene al reclamo de una vida mejor. Y a todo esto hay que sumar los cinco millones de visitantes que cada año pasan aquí sus vacaciones.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. El verdadero debate no son los efectos del crecimiento, sino sus causas. Un país con un cuarto de millón de personas paradas y en busca de empleo lo que hace es devanarse los sesos buscando maneras de ocuparlas. Y ese proceso perverso nos desliza fácilmente hacia la búsqueda de satisfacer necesidades a corto plazo que pueden ser desastrosas en el tiempo, desde el punto de vista de una sociedad sostenible. Las progresiones geométricas en el crecimiento, celular o social, no suelen ser buenas. El desarrollo acelerado no permite madurar las cosas ni pensar estrategias. Es una bola de nieve delante de la que vamos corriendo, aun sabiendo que a largo plazo estamos condenados a que la carrera acabe mal.
Hace ya muchos años que la carga de población que tiene el Archipiélago es excesiva. Es un fenómeno que alcanza proporciones preocupantes en las cuatro islas más habitadas. El turismo ocupa apenas un cuatro por ciento del territorio, pero el residencial que vive a su sombra ha convertido las medianías en un desastre y ha creado nuevos cinturones de ciudades dormitorio en los alrededores de los núcleos turísticos, como en su día pasó con las grandes áreas metropolitanas.
Seguimos discutiendo estérilmente sobre plataformas petrolíferas y nuevos carriles para las autopistas. Somos como médicos que en vez de hablar del virus se dedican a debatir sobre las manchas del sarampión sin saber que los síntomas de una enfermedad no son la enfermedad, sino sus inevitables manifestaciones. Pero, bueno, en el fondo da igual. No sé yo si el desarrollo, a estas alturas, tiene cura. »
(Continuará…)