El Alcalde y la Concejalía de Patrimonio Histórico invitan a la población en general a la conferencia – presentación del proyecto ‘Conservación del Patrimonio Arqueológico: La Estación de Grabados Rupestres de los Llanos de Ifara’ que, impartida por el historiador y arqueólogo Juan Carlos García Ávila, tiene lugar este jueves 12 de julio a las 18:00 horas en el Auditorio del San Isidro Espacio Cívico (SIEC).
El objetivo de la conferencia – presentación es poner de una forma atractiva y didáctica dicho proyecto en conocimiento de la ciudadanía interesada por el medio ambiente, el patrimonio, la geografía y la arqueología, además de explicar los valores y tesoros que esconde este emblemático espacio de Granadilla de Abona, con singularidades únicas en el mundo.
El 8 de abril de 2003, el Boletín Oficial de Canarias (BOC) nº 068, publica lo siguiente:
« Con fecha 20 de marzo de 2003, la Sra. Consejera Insular del Área de Cultura, Educación, Empleo y Juventud de este Excmo. Cabildo Insular dictó, entre otras, la siguiente Resolución:
«Visto el expediente de declaración de Zona Arqueológica, a favor de la Montaña de Ifara, de Los Riscos y Llanos de Ifara, sita en el término municipal de Granadilla de Abona, Bien de Interés Cultural por ministerio de la ley y,
Resultando que con fecha 26 de febrero de 2003, la Comisión Insular de Patrimonio Histórico tiene conocimiento del informe emitido por la Sección Técnica de la Unidad de Patrimonio Histórico, cuyo tenor literal es el siguiente:
«En virtud de lo establecido en el artº. 19 de la Ley 4/1999, de 15 de marzo, de Patrimonio Histórico de Canarias, donde se señala que «corresponde a cada Cabildo Insular, de oficio o a instancia de parte, incoar los expedientes para declarar de interés cultural los bienes de patrimonio histórico que se encuentren dentro de su respectivo ámbito insular», es por lo que se eleva al dictamen de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico la propuesta de incoación de expediente de declaración de Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, a favor de la Montaña de los Riscos y de la Montaña y Llanos de Ifara (término municipal de Granadilla de Abona)…
…El ámbito de protección propuesto está integrado por una extensa superficie ubicada en la margen derecha (dirección sur) de la Autopista TF-1, coincidiendo parcialmente con el ámbito correspondiente al Monumento Natural de las Montañas de Ifara y Los Riscos. Se trata de un espacio que cuenta con una importante estación de grabados rupestres, localizada en los Llanos de Ifara, así como distintos yacimientos de carácter habitacional o de índole pastoril. Pueden ser citados el conjunto de cuevas artificiales abiertas en la ladera SO de la Montaña de los Riscos -con presencia de diverso material arqueológico en superficie-, el complejo de cabañas en piedra seca localizadas en las inmediaciones de la estación rupestre o estructuras aisladas en piedra seca y cuevas con paramentos exteriores documentados en el sector oriental del ámbito propuesto. Al norte del espacio aparece, igualmente, un conjunto rupestre integrado por cazoletas y canales labrados sobre pumitas, al tiempo que se aprecia abundante material arqueológico en superficie repartido por extensas zonas incluidas en la delimitación.
Asimismo, ha de señalarse la existencia de varios núcleos de cuevas artificiales excavadas en los depósitos de tobas pumíticas -ocupados durante la fase de explotación tomatera de estos sectores sublitorales hasta las últimas décadas del siglo XX y que destacan por su interés etnográfico. En algunos casos se trata de construcciones enterradas, con diversas dependencias excavadas, era y aljibe. Una tipología similar se repite hacia el sur, donde vuelve a localizarse un conjunto de tales cuevas abiertas bajo una potente plancha de toba pumítica…
…Los justificantes de la delimitación propuesta para esta Zona Arqueológica obedecen a la necesidad de establecer un ámbito de protección que garantice la conservación de los diferentes yacimientos arqueológicos y elementos de interés etnográfico que albergan. Al tratarse de enclaves rupestres con una adscripción cronológica que arranca desde el período prehistórico hasta fechas posteriores a la conquista de la isla, resulta esencial mantener intacto el entorno natural de los yacimientos, no sólo para lograr una percepción visual más idónea del mismo, sino para conservar el ambiente físico-natural en cuyo contexto se ocupó el territorio.»
En consecuencia con lo anterior, la Comisión Insular dictamina favorablemente la incoación del citado expediente.
Es por lo que,
R E S U E L V O:
Primero.- Incoar expediente de declaración de Zona Arqueológica, a favor de la Montaña de Ifara, de Los Riscos y Llanos de Ifara, sita en el término municipal de Granadilla de Abona, Bien de Interés Cultural por ministerio de la Ley, según la delimitación gráfica y escrita, justificación de la delimitación y descripción del Bien, que figuran en los anexos I y II que acompañan a esta Resolución… »
DESCRIPCIÓN DEL ESPACIO
El mencionado BOC describe y justifica más adelante el espacio que se propone como delimitación geográfica del Bien de Interés Cultural (BIC) de la Montaña de los Riscos y de la Montaña y Llanos de Ifara de la siguiente manera:
« El ámbito de protección propuesto se corresponde con el espacio afectado por las erupciones de dos conos de escorias de cronología cuaternaria -Montaña de los Riscos y Montaña de Ifara-, así como su entorno circundante. Desde el punto de vista geomorfológico, se trata de dos aparatos monogénicos que se aproximan a los 300 m de altura y cuyos cráteres de herradura se orientan hacia el SE y NE, respectivamente. Las coladas de lava basáltica asociadas a estos procesos eruptivos pertenecen al tipo «aa», aunque con cierto grado de meteorización y alteración, entre otras, por causas antrópicas. Asimismo, se registran depósitos pumíticos originados por erupciones de alta energía más tardías y vinculadas al edificio central de la isla.
La topografía del terreno es suave, salvo en lo referido a las acusadas pendientes de los conos volcánicos, en las que se han producido fenómenos de desprendimiento masivo de paquetes de materiales piroclásticos ladera abajo. La red de drenaje no se encuentra excesivamente desarrollada, debido al escaso buzamiento del terreno y a la relativa juventud de los materiales, destacando los barrancos de Callao, Tagoro o de la Abejera, alguno de los cuales constituyen unidades de acogida de yacimientos arqueológicos. La vegetación dominante es la propia de la formación de cardonal-tabaibal del piso basal, predominando tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), cardón (Euphorbia canariensis), balo (Plocama pendula) y salado (Schyzogine sericea), junto con otras especies endémicas con menor representación. En los sectores más antropizados abundan especies exóticas -penca india- y nitrófilas, como consecuencia de los procesos intensivos de roturación desarrollados hasta épocas relativamente recientes (segunda mitad del siglo XX).
En la actualidad no se registran usos humanos relevantes en el interior de la Zona Arqueológica, si bien los sectores de topografía más suave aparecen organizados en bancales de piedra seca aprovechados históricamente para el cultivo de cereales de secano ya abandonado, además de los destinados al cultivo intensivo del tomate en la zona conocida como Las Rosas y que dio origen a una amplia diversidad de infraestructuras agrícolas de cierto interés etnográfico: estanques y atarjeas de tosca, así como viviendas en cuevas artificiales.
Desde el punto de vista patrimonial, los valores presentes en el lugar son fundamentalmente arqueológicos, documentándose varios yacimientos habitacionales -en cueva y de superficie-, así como una estación de grabados rupestres y dos de cazoletas y canales, junto a otro tipo de enclaves de naturaleza económica y presumiblemente relacionados con la actividad pastoril. Su número supera la decena y se distribuyen irregularmente por toda la zona; a lo que se deben añadir diversas manifestaciones de valor etnográfico vinculadas a las actividades agrícolas desarrolladas a lo largo de los siglos.
En la cima de Montaña de Ifara se localiza un paradero pastoril con material arqueológico de superficie -fragmentos líticos de basalto y obsidiana- y algunos restos cerámicos. En las proximidades se ubica una pequeña estación de cazoletas y canales, que responde a la tipología característica de estas manifestaciones rupestres.
En el sector oriental de la Zona Arqueológica, entre las laderas del edificio volcánico de Ifara y el Barranco de Tagoro se reparten varios yacimientos distribuidos irregularmente, pero con una evidente conexión a los recursos hídricos del barranco. Se trata de paraderos pastoriles y grupos de cabañas en piedra seca, con material superficial asociado: industria lítica sobre basalto y obsidiana, vestigios de malacofauna, restos óseos de ovicápridos y material cerámico. Asimismo, en superficie se aprecia una gran cantidad de material arqueológico de similares características repartido sobre el terreno, como testimonio de un proceso de ocupación/explotación del entorno de cierta intensidad en época prehispánica.
El yacimiento más representativo y de mayor singularidad se localiza sobre un lomo de suave topografía -en el lugar conocido como Las Rosas-, ocupando una extensión de unos 400 m2 e integrado por un conjunto de estructuras de piedra seca, posiblemente cabañas (en número de seis), reutilizadas en época histórica. Algunas de ellas presentan muros medianeros, apreciándose una inmensa cantidad de material aborigen (lítico, cerámico, malacofauna, etc.) distribuido en toda su superficie. El yacimiento se completa con 38 paneles con grabados rupestres, que se integran en los muros y paramentos de algunas construcciones o en afloramientos rocosos naturales. La técnica de ejecución predominante es la incisión, siendo más raras la abrasión, picado y rayado. Los motivos representados se clasifican en dos grandes grupos: geométricos lineales, con trazos incisos, individuales, formado haces o entrecruzados; y geométricos, de tendencia oval y rectangular.
En el entorno de la Montaña de los Riscos se documentan más yacimientos, entre los que destacan los paraderos pastoriles de la cima de dicho cono volcánico, con idénticas características a los ya señalados, y que vuelven a repetirse en la ladera meridional del edificio. En esta zona se aprecia, asimismo, un conjunto de cabañas de piedra seca reutilizadas, con material aborigen asociado. En las faldas de la montaña se ubica un grupo de cuevas excavadas en los materiales piroclásticos soldados que configuran el aparato eruptivo, dotadas de muros de cerramiento exterior en piedra seca. Se registra algo de material arqueológico en los alrededores. Finalmente, en el cauce del Barranco de Callao aparecen cuatro abrigos naturales, completados con muretes de acondicionamiento, en el propio cauce.
En la zona alta del Llano de Ifara, al norte del espacio, se localizan sendos yacimientos; el primero de ellos corresponde a una estructura de piedra seca -tipo cabaña- con abundante material arqueológico asociado; mientras que el segundo consiste en una cazoleta de morfología rectangular con un canal de desagüe labrado en la toba pumítica. En sus inmediaciones se documenta un grupo de estructuras excavadas artificialmente en un potente depósito de toba, con material arqueológico de superficie en sus alrededores (industria lítica de basalto y obsidiana, y cerámica). Se divide en tres estructuras, accediéndose a la primera de ellas por un pasillo que desemboca en una cueva excavada con una cruz grabada en el dintel. A escasos metros aparecen otras dos cuevas excavadas artificialmente, una de ellas resguardada por un alto muro de tendencia semicircular realizado con bloques de toba, que delimita un amplio espacio previo a la entrada de la misma.
Manifestaciones de valor etnográfico y asociadas al aprovechamiento agrícola y ganadero tradicional de la zona se documentan en diversos puntos del ámbito propuesto. Se localizan principalmente en la vertiente meridional de ambos edificios volcánicos y suelen presentar una organización similar: grupos de cuevas alineadas, excavadas en potentes depósitos de pumitas, con varias dependencias interiores y con infraestructuras asociadas: aljibes, atarjeas, estanques, eras, etc. La mayoría de ellas fueron ocupadas como cuarterías de jornaleros que trabajaban en las fincas de tomates hasta la década de los setenta del siglo pasado, aproximadamente.»