Entre las múltiples consecuencias que ha producido la larga ‘crisis económica’ que venimos padeciendo hay que incluir el retroceso del ‘índice de natalidad’, según lo indican los datos estadísticos oficiales. En cuanto a los números de la comarca Sur de la isla comprendida entre Candelaria y Santiago del Teide (en la que se incluye Granadilla de Abona), si comparamos la tasa de nacimientos entre 2007 (año que dio comienzo la gran recesión económica) y el 2013, último registro reflejado por el Instituto Canario de Estadística (Istac), comprobamos que hace ocho años vinieron al mundo más niños en todos los municipios.
Así, las cifras del Istac revelan que en 2007 se contabilizaron en la comarca un total de 2.851 nacimientos, mientras que en 2013 ese número descendió hasta los 2.161, es decir 690 nacimientos menos. El dato queda reforzado cuando comprobamos que este descenso es una tendencia general en los 12 municipios de la comarca, siendo los casos más acusados los de Arona (-308), Granadilla de Abona (-109), Candelaria (-64) y Guía de Isora (-60).
En el otro extremo se encuentran Arafo, que tan solo registró un nacimiento menos, Vilaflor y Arico, ambos con -8, y Fasnia con -11, aunque al tratarse de municipios con un número reducido de habitantes respecto a los anteriores, el retroceso tiene un mayor valor en cuanto a porcentaje. Santiago del Teide (-36), San Miguel de Abona (-35) y Güímar (-23) completan el cuadro comparativo de municipios de la comarca, aunque éstos con cifras más moderadas.
Según manifestaciones del profesor titular de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna, José León García Rodríguez, esta tendencia uniforme en el descenso de la natalidad tiene una explicación, pues “después de una crisis económica tan prolongada, los índices de natalidad nunca vuelven a los valores anteriores al período de recesión, porque las familias acaban por adaptarse a un modelo demográfico basado en una mayor planificación y, por tanto, alejado del patrón anterior”.
Pero si esta secuencia de datos llama la atención, tampoco lo llama menos la estadística referida al denominado ‘crecimiento vegetativo’, es decir, la diferencia entre nacimientos y fallecimientos. Teniendo en cuenta los últimos 10 años, según los datos oficiales disponibles hay cuatro municipios que registraron una tasa superior de mortalidad. Son los casos de Fasnia (86 muertes más que nacimientos), Arafo (45), Vilaflor (35) y Arico (22). Curiosamente, se trata de los cuatro anteriormente mencionados municipios con menor población (entre todos suman unos 18.000 habitantes censados), lo que refleja una tendencia al envejecimiento de sus ciudadan@s y una carencia de ‘músculo económico’ que pueda hacer de efecto llamada para nuevos residentes atraídos por oportunidades de trabajo. De entre todos los municipios sureños mencionados, la situación de Fasnia y Vilaflor es la más delicada en este sentido, pues ambos ya acumulan cinco años consecutivos de decrecimiento.
El aludido profesor José León García llama la atención sobre las consecuencias de esta situación, puesto que al ser municipios que prácticamente no se benefician del turismo y presentan un envejecimiento de la población enorme, si no se produce un cambio en su modelo económico no tendrán futuro. “El mejor aliado de estos pueblos es su cercanía a otros núcleos más habitados, pues si no fuera por la proximidad y el hecho de que hay gente que conserva vínculos y va algún fin de semana, estaríamos hablando de lugares en un proceso serio de despoblamiento, porque no hay dinámica demográfica suficiente”, asegura.
El resto de municipios sin embargo presenta otro signo distinto. Así, en cinco años, Arona (el lugar con más población del Sur) ha sumado 1.848 nacimientos más que fallecimientos; le sigue Granadilla de Abona, con 1.229; Adeje, con 1.190; Candelaria, con 559; San Miguel de Abona, con 486, Guía de Isora, con 276; Güímar, con 151; y Santiago del Teide, con 48 nacimientos más que defunciones.