“Me abordaron cuando abría el maletero del coche; uno de ellos se bajó de la moto y me dio dos puñetazos, uno en el oído y otro en la nariz; no me caí al suelo, pero me quedé aturdido y se llevaron un maletín con el dinero y otro con papeles de contratos que iba a llevar a la gestoría”, relató José Miguel González, el empresario que sufrió un violento atraco cuando se dirigía a una sucursal bancaria en el Casco y que pasó a la historia de la Isla de Tenerife con motivo del sorteo de la Lotería de Navidad de 2013, cuando a través de su red de gasolineras (dos de ellas en Granadilla de Abona) repartió premios por valor de unos 200 millones de euros del segundo premio, el 79.712.
José Miguel González, cuyas heridas fueron consideradas de carácter grave al presentar fractura de los huesos propios de la nariz, se recupera favorablemente de los golpes sufridos a manos de los dos ‘amigos de lo ajeno’ que no dudaron en propinarle varios puñetazos en el rostro para arrebatarle el dinero que portaba en su vehículo, en un atraco que tuvo lugar poco después de las diez de la mañana del pasado día 19 en la Avenida Mencey de Abona, frente a la sucursal del BBVA.
Tras ser estabilizado en el lugar de los hechos, el empresario fue trasladado hasta Hospiten Sur, donde permaneció hasta que ya por la tarde se optó por llevarle al Hospital Nuestra Señora de La Candelaria ya que la hinchazón de su rostro no remitía. Finalmente, esa noche pudo dormir en su casa a la espera de nuevas pruebas.
Los atracadores, que se trasladaban en una moto, se abalanzaron sobre José Miguel y tras golpearle violentamente le arrebataron unos 40.000 euros procedentes al parecer de la recaudación de sus gasolineras en el fin de semana. “En concreto eran algo más de 38.000 euros en efectivo y un pagaré de mil y pico… no lo podrán cobrar, pero ojalá lo intenten, porque así los cogerán más rápido”, manifestó González en tono de broma, si bien reconoció que tras vivir una experiencia de características tan violentas, lo peor es que “el miedo se te queda en el cuerpo”.
Tras la agresión y preguntado acerca de si adopta medidas de seguridad propias de un empresario de sus características, José Miguel González manifestó que se considera un hombre “precavido” y comentó que habitualmente cuando tiene que ingresar cantidades de dinero “lo hago en distintas entidades y en horas diferentes, y a veces lo hace mi hijo”.
A este respecto, añadió: “Me suelo fijar mucho si algún coche o alguien me sigue, pero la gente que no trabaja tiene mucho tiempo libre para seguirte. Lo peor es imaginarse que tal día como mañana mismo igual quienes me atracaron y golpearon pueden estar sentados a mi lado en cualquier cafetería de mis estaciones”.
Entre los pocos datos que han trascendido de la investigación que se realiza, se sabe que los delincuentes viajaban en una moto de gran cilindrada, ocultaron sus rostros con los cascos usados para este tipo de vehículos y tuvieron la precaución de colocar a la moto matrículas falsas. Los especialistas que trabajan en el caso sospechan que los atracadores son viejos conocidos de las fuerzas del orden dado que el ‘modus operandi’ es similar a otros atracos recientes que tuvieron lugar en Las Galletas y Adeje.
Recordar que cuando las gasolineras de José Miguel González vendieron el segundo premio de la Lotería de Navidad, se repartió muchísimo los 200 millones de euros entre cientos de personas agraciadas dado que el número premiado se vendió en las estaciones de Adeje, Arico, Granadilla, San Miguel, Arafo, Geneto y La Laguna, siendo aproximadamente el centenar de empleados quienes se llevaron la mejor parte.
Por aquel entonces se dijo que González había repartido el equivalente a todos los presupuestos de los ayuntamientos del Sur de la Isla, una comparación que aunque exagerada no está lejana a la realidad, pues la suma de los presupuestos de los dos grandes municipios turísticos, Arona y Adeje, no llega a esos 200 millones.