Con motivo del fallecimiento el pasado 19 de agosto de nuestro entrañable amigo Baltasar Pacheco García, con el titular ‘En memoria del Pastor D. Baltasar Pacheco García (5 de enero 1934 – 19 de agosto 2021), primer pastor tinerfeño, convertido en Tenerife y ejerciendo su ministerio en la misma, y único por más de diez años’, el pastor Miguel Bernal Arana escibió lo siguiente:
« Llamado de detrás de la carretilla con la que sacaban las piedras de las galerías que se perforaban en el norte de Tenerife para sacar agua, Baltasar respondió como el profeta Isaías: «heme aquí; envíame a mí», después de oír varias veces predicar al misionero de origen canario, pero venido de Cuba, D. Emiliano Acosta.
Los primeros años no fueron fáciles: últimos años de los 40 y principios de los 50, en la Florida, barrio rural del municipio de la Orotava, con una población casi analfabeta, pegada a la tradición católica, donde contradecir al cura acarreaba la exclusión de la vecindad, Baltasar no se amedrentó sino que defendió su fe en el Señor con total resolución. Lo expulsaron de algunos trabajos por su fe ‘protestante’ y el cura del barrio alentó en varias ocasiones a los mozos de la zona a que le apedrearan.
Desde ahí sintió la necesidad de formarse bíblica y teológicamente, por lo que arregló sus documentos para ir a un Instituto Bíblico que, por razones de libertad religiosa, o más bien por falta de ella, se había instalado en Tánger (Marruecos).
Ahí tuvo que hacer de nuevo labores de siervo para poder costearse las clases, etc. Vuelto a su tierra, contrajo matrimonio en 1961 con su amada Ángela Ledesma Pacheco (el primer matrimonio evangélico en Tenerife) y, ya sintiéndose preparado para presentar defensa delante de cualquiera que le demandase razón de la Esperanza que ya poseía en Cristo, se lanzó por varios pueblos tanto del norte como del sur armado con su Biblia y algunos folletos y tratados sencillos para dar a conocer el mensaje del Evangelio. Nunca se acobardó, hablando a quien fuera preciso: obreros, campesinos, patrones, curas, monjas o guardia civil.
Finalmente y ya casado, se instaló en una humilde casita en San Miguel de Abona -en el sur de la isla- sin baño y sin cocina. Desde ahí y subido en una vieja moto siguió recorriendo todos los pueblos del sur, a veces con la esposa de «paquete» y otras solo, portando con él un magnetofón, el cual ponía en marcha a los grupos de obreros que en esa época trabajaban en la recogida del tomate o en la construcción. De esa labor sacrificada e ingrata surgieron los primeros convertidos, que poco después conformarían la Iglesia de Granadilla.
Fue con algunos de esos hermanos, allá por el año 1971, que surgió la idea de crear un hogar cristiano para mayores. Baltasar lo vio como del Señor y se puso al frente de la idea, que ni siquiera era un proyecto. Oraron, recogieron una pequeñita ofrenda y este hermano, ya pastor, promovió esa idea en las otras cinco iglesias que había en la isla, se trasladó a Gran Canaria con la misma visión y la noticia llegó a la Península, Holanda y hasta Alemania. No faltaron críticas, zancadillas y acusaciones malignas, así como celos y rivalidades. Pero Baltasar sabía dónde quería llegar.
En 1973 adquirió un solar de 8.000 m2 para la construcción del hogar. También aquí recibió todo tipo de objeciones a esta adquisición. Tres años más tarde, ya con algunos edificios terminados, se recibieron los primeros acogidos… Lugar que a día de hoy atiende a más de una treintena de residentes de las diversas denominaciones y otros. El fue el visionario, promotor y primer presidente de la Asociación Cedar. Aún en la actualidad, centros como éste se pueden contar en toda España con los dedos de una mano.
En Granadilla, con su esfuerzo y visión levantó el edificio que hoy alberga a la Iglesia, con vivienda pastoral y otras dependencias, donde se han organizado campamentos para niños durante mucho años. En esta actividad ocupó Baltasar muchos veranos con la colaboración de otros pastores y hermanos dispuestos, entre los que también estaba un servidor. Esto fue el caso en los montes de la Esperanza, Arenas Negras en Icod y otros lugares.
El pastor Baltasar Pacheco fue siempre un hombre transparente y honesto, con un corazón abierto. Esto le costó algunas incomprensiones y cierta fama de díscolo, pero el tiempo y el Señor que lo controla, demostró siempre sus razones.
Esta mentalidad abierta y con pocos prejuicios le hizo estar siempre implicado en cualquier actividad evangelística unida, o proyecto que trajera honor al nombre de Cristo. De ahí su presencia fundadora en la primera Asociación de Obreros Evangélicos, que luego daría lugar a la Ameic (Asociación de Ministros Evangélicos de las Islas Canarias), así como en la Asociación Cedar, que ya quedó explicado más arriba; lo mismo que con el Consejo Evangélico de Canarias, igualmente como miembro fundador.
Si tuviera que ser crítico con él, cosa que hice muchas veces en su presencia, diría que fue tozudo, y que su reacción ante las críticas injustas no siempre fue la más acertada, lo que le costó verse implicado en escándalos en los que realmente, como tuve ocasión de comprobar con otros pastores, no tuvo ninguna responsabilidad.
No puedo terminar esta rememoración sin mencionar su disposición y seriedad como pastor, esposo y padre. Responsable en su iglesia hasta las últimas fuerzas, habiendo dejado establecido a su sucesor; marido… testarudo sí, pues ahí se discutía todo, pero con transparencia; al fin, matrimonio único y fiel por más de 60 largos años; y padre… de tres hijas (el varón fue llevado a la presencia del Señor a causa de un accidente siendo niño), cada una de las cuales sigue al Señor con celo y responsabilidad. Tristemente, estas tres cualidades se pueden destacar en muy pocos de los obreros cristianos que conozco en nuestra tierra.
Aún así, también dejó una larga lista de artículos aparecidos en el periódico El Día sobre la Reforma del siglo XVI, poesías diversas, algunas reconocidas por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Granadilla, culminando su aportación literaria con una autobiografía bajo el título ‘Lo débil del mundo escogió Dios’.
Todo lo expuesto en este testimonio homenaje al pastor D. Baltasar Pacheco García, es fruto de unas largas relaciones tanto personales, familiares y ministeriales, no exentas de momentos de tensión o diferencias, pero siempre transparentes y fieles. Y, cuando él o yo fallábamos el uno al otro, nos lo reprochábamos y se acababa el problema.
En absoluto he querido resaltar virtudes personales; más bien reseñar hechos y una manera de ser y vivir la fe y la vida cristiana.
La obra evangélica en las Islas Canarias tiene una deuda grande, al menos con la memoria del hermano y pastor Baltasar Pacheco García. »
Precisamente, respecto al mencionado centro de acogida de ancianos CEDAR, que promoviera y pusiera en marcha Baltasar Pacheco, en mayo de 1993 y en el apartado ‘Colaboraciones’ de nuestro recién salido a la calle periódico LA RENDIJA -evidentemente en formato ‘papel’- del que era colaborador habitual, concretamente en el nº 2, con el titular ‘”La Rendija” beneficia un Hogar de Ancianos’, éste escribía el siguiente artículo:
« UNOS ANCIANOS Y LAS NORMAS SUBSIDIARIAS
Nuestro hijo que acaba de nacer y que se llama LA RENDIJA, el mes pasado vino cargado de noticias y comentarios, llevando recados a los vecinos de Granadilla y sus barrios, dejándonos el de que las normas subsidiarias estaban expuestas al público para que las personas afectadas hicieran sus oportunas reclamaciones.
Al contemplar los planos expuestos, nos dimos cuenta que, efectivamente, el Hogar de Ancianos CEDAR, en San Isidro, estaba siendo afectado. De los 8.000 metros que originalmente se compraron y donde se encuentra enclavada la residencia, quedaría reducida en 5.830 metros cuadrados según las nuevas normas subsidiarias. Se han hecho las reclamaciones pertinentes y se espera que el problema se resuelva.
Después de un año de trámites y exigencias que los organismos oficiales nos requerían en esta caso, a todo lo cual hubo que dar cumplimiento según la legislación establecida al efecto, el Ayuntamiento de Granadilla aprobó la construcción del Hogar de Ancianos CEDAR en la sesión celebrada el día 28 de julo de 1976.
El Hogar de Ancianos CEDAR entró en funcionamiento en 1978 con dos ancianos, donde uno de ellos vivió 10 años y el otro vive aún con sus 92 años valiéndose por sí mismo. En la actualidad se encuentran acogidos un número de 13, de origen granadillero, santacrucero, gomero, palmero, grancanario y peninsular. Al frente del mismo se encuentra una familia que procura atenderles en todas sus necesidades.
LOS ANCIANOS DE LA COMUNIDAD EUROPEA
Padraig Flynn, responsable de la política social europea, dijo que los problemas más graves que afrontan las personas mayores son la necesidad de cuidados y afecto, el riesgo creciente de la soledad, el abandono y las estrecheces económicas.
Europa está preocupada por el envejecimiento de su población. Dentro de 25 años, las personas con más de 65 representarán el 30% de la población. En España habrá seis millones de hombres y mujeres mayores de 65 años al finalizar este siglo, es decir, dentro de siete años.
La Comunidad Europea ha designado este año, el de 1993, como el ‘Año Europeo de los Ancianos y de la Solidaridad entre Generaciones’. Del 11 al 14 del próximo mes de junio tendrá lugar en Alicante la I Feria Internacional de la Tercera Edad, que constituirá el acto más importante a celebrar en Europa con motivo de este Año Internacional de las Personas Mayores.
NUESTROS ANCIANOS DE ESPAÑA
En España se le llama oficialmente el ‘Año de las Personas Mayores’. Una dulce vanidad va persuadiéndonos erróneamente de lo que la vida se traduce en conceptos. Aquí no gustan los adjetivos de ‘viejos’ o de ‘ancianos’. Hasta hace poco se hablaba de la ‘Tercera Edad’ para designar a las personas mayores, ancianas o viejas. La primera edad, se decía, es la infancia; la segunda, la madurez; y la tercera, la vejez. Ahora los viejos son, simplemente, ‘personas mayores’.
Matilde Fernández, ministra de Asuntos Sociales, presentó en nombre de su gobierno este ‘Año de las Personas Mayores’ el pasado 25 de enero, seis días después de que lo hiciera en Bruselas la Comunidad Europea.
El periodista y escritor Francisco Umbral, al comentar la celebración, decía con su típica ironía: ”Ahora todos los años tienen que estar dedicados a algo: El Año de la Expo, el Año de la Olimpiada, el Año de la Niña, el Año de la P., el Año del Tonto, el Año de la Mujer, el Año del Árbol… Pero los años pasan y nos hacemos viejos, y ni el árbol, ni la mujer, ni el tonto, ni el viejo notan nada. Son maneras de pasar el tiempo, de pasar el año”. »
En cuanto a su faceta de poeta, a Baltasar Pacheco tuve el honor de incluirlo, junto a otr@s 19 granadiller@s, en el libro ‘Poetas de mi Pueblo (I)’ publicado por el Ayuntamiento en abril de 1999, el cual coordiné y del que reproducimos la breve biografía que contenía y su poesía ‘Amor Glorioso’:
BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA
« Baltasar Pacheco García nació en La Orotava en el año 1934. Hijo y hermano de emigrantes, cursó estudios en el Instituto Bíblico de Tánger entre los años 1956 al 1959.
De regreso a Canarias, es expulsado de La Gomera y La Palma por su condición de evangélico, siéndole secuestradas Biblias y Sagradas Escrituras. Se estableció definitivamente en Granadilla de Abona, de la que se considera hijo adoptivo, donde ha fundado una iglesia evangélica (de la que es pastor) y un hogar de ancianos.
Su pasión por la poesía le viene de las cuartetas cubanas que le oía cantar a su padre y a un primo de éste que era un gran improvisador. Por otro lado, al ser predicador del Evangelio, suele concluir alguno de sus sermones en forma poética. »
‘AMOR GLORIOSO’
« Desde la eternidad Tú me amaste,
y por salvarme al mundo viniste;
a precio de amor Tú me compraste,
en la cruz por mí tu sangre vertiste.
Me sacaste de un cieno profundo,
mis pies pusiste sobre una roca;
una luz en este mundo me hiciste,
un canto nuevo hay hoy en mi boca.
Tú, mi Dueño y Salvador bendito,
hoy mi triple ser te glorifica;
tu santa gracia y amor infinito
mi vida guarda y la santifican.
Poca es mi vida para servirte,
escasas mis fuerzas para adorarte;
quisiera en mil lenguas predicarte
y con un doble corazón amarte.
Mis pensamientos Tú los conoces,
Tú sabes que mi corazón te ama;
la gloria de tus siervos mereces
y en amarte se solaza mi alma.
En tu voluntad vivir yo quiero,
trabajando en tu vida preciosa;
de tu amor llena mi ser entero
hasta estar en tu mansión gloriosa. »
Por último, de su libro autobiográfico ‘Lo débil del mundo escogió Dios’, rescatamos el escrito ‘Datos personales de Baltasar Pacheco en verso’, que dice:
« Cuando Dios ordenó que yo naciera,
lo hizo todo maravillosamente;
era el asombro de la gente,
en el jardín Valle de La Orotava.
En La Florida, no en La Corujera,
quiso Dios que yo la luz allí viera,
cuando el turismo todavía
en Tenerife se conociera.
Lugar que en mis ausencias añoraba,
ver de blanco que el Teide se cubría,
con elevadas nubes, nieves heladas y frías,
que convertidas en aguas fluviales,
sacadas de profundidades con penuria,
con pérdidas de vidas en las galerías,
nos daba vida sin dejar familia alguna.
Debajo de castaños muy frondosos,
laureles, brezos, pinos y vides;
algo nuevo, sorprendente y asombroso
que no lo cuento, no lo olviden.
El aroma de las flores, ¡qué ingenioso!,
sin faltar la retama y el azahar,
el canto de los pájaros en un pajar,
de gozo fue engendrado Baltasar.
No quiero que en la tumba sepultada quede mi memoria,
lo que con mis ojos yo vi con viva claridad,
con luchas, pruebas, incomprensión y sin ninguna gloria,
con mi fe bíblica, la esperanza se hace realidad.
Que mi ejemplo, cual agua fresca para el sediento,
mis metas y mi anhelo, no se las lleve el viento;
que el Evangelio destruya toda vileza,
que penetre en cada corazón, es mi meta,
y que se convierta la altivez y el orgullo en humildad,
glorificando al que me amó con su bondad,
sin distinción de razas, riqueza ni pobreza.
Él sigue amando al perverso mundo perdido,
ya que su abundante GRACIA superó la vileza
y por la FE en Cristo, soy redimido. »